Renace Unasur desde la unidad en la diversidad

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El encuentro de presidentes de la América del Sur realizado en Brasilia, liderado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, como anfitrión del cónclave y foro, abre el camino para volver a la integración sobre la base de la unidad en la diversidad, sustentado en la paz, seguridad, cambio climático, teniendo como columna vertebral a los seres humanos, asimilando que la pandemia roturó y evidenció un sinnúmero de asimetrías e inequidades que deben llevar y conducir al fortalecimiento sociocultural, socioeconómico y sociopolítico de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

Es evidente el liderazgo de Lula para unir a diversidades políticas pensando en el desarrollo regional sudamericano.

En el contexto sudamericano estamos observando cómo hay un giro nuevamente hacia lo que son los países con visiones progresistas, y en el caso concreto Brasil está promoviendo una integración regional para retomar la idea de la Unasur.

Sudamérica evidencia un matiz político e ideológico que configura el escenario propicio y adecuado para volver por la génesis fundacional de la Unasur, que va más allá de la declaración constitutiva, que permitió la participación de diferentes Jefes de Estado que miraron que el fin en mente trascendía la pertenencia a determinada corriente ideológica.

Empero, las lógicas y dialécticas de subversión política e ideológica del gobierno federal norteamericano, al amparo de la casi bicentenaria Doctrina James Monroe, los laboratorios de inteligencia, tanques de pensamiento y operadores políticos de un neoliberalismo de tinte autoritario e intervencionista, que erosionó y penetró de fracturas a la Unasur, porque la integración y cooperación desde el Sur para el Sur Global se convierte en amenaza a sus nefastos intereses netamente geopolíticos y económicos, que vienen desde una matriz de acumulación de capital rentista y especulativo.

Los triunfos y ascenso a los palacios de Nariño y Planalto de los presidentes Gustavo Petro y Lula da Silva abrieron nuevamente la consolidación de este importante organismo que va más allá de la integración, ya que configura una alianza estratégica sustentada en la solidaridad, identidades, complementariedad, en sus diferentes ejes estratégicos, fundamentalmente la ciudadanía sudamericana y el Banco del Sur, que permitirá la ejecución de un gran enracimado de planes, programas y proyectos que apuntan al desarrollo sostenible, soberano, esencialmente respetuoso del Derecho Internacional, la carta fundacional de las Naciones Unidas, así como el respeto a la libre autodeterminación de los pueblos.

Salud, educación, seguridad, tecnología, Tecnologías de Información y Comunicación (TICs), migración (hoy acelerada y criminalizada), infraestructura (vial , marítima, puertos), calentamiento climático, energía descarbonizaste o limpia, es decir, hidroeléctrica, compatible con la naturaleza y los diferentes ecosistemas, hábitat y ambiente, mega biodiversidad, agua dulce, el litio convertido en el energético del siglo XXI, de estratégico interés militar, político, económico del Comando Sur, en dónde su máxima comandante, Laura Richardson, ha manifestado sin ningún empacho su interés en estos recursos naturales.

Al parecer, todavía siguen pensando que la región sudamericana es su gran patio trasero, abundante de recursos naturales energéticos y agua.

No han dejado de pensar en la Amazonía, considerada los pulmones y de biósfera de la Humanidad; concomitante es importante para el control geoestratégico de los Estados Unidos de Norteamérica, con el único objetivo de seguir orquestando el boicot a los regímenes de Cuba, Nicaragua, Venezuela bolivariana, porque no responden a las agendas y manuales del denominado Consenso de Washington.

Por este motivo, para nada les es conveniente el renacimiento de la Unasur, ya que este organismo fomenta la unidad en la diversidad, un principio que expresa soberanía y libre autodeterminación.

En Brasilia el presidente Gustavo Petro ha ratificado su retorno a Unasur, igualmente el presidente Lula.

La consolidación de los Brics, en donde Lula da Silva tiene un protagonismo fundamental ya que el Banco de Desarrollo con sede en Shanghái tiene como presidenta a la expresidenta de Brasil Dilma Rousseff, que permite además la cooperación en materia económica y ejecución de importantes proyectos de mutuo beneficio en el surgimiento de un nuevo orden multipolar, multicéntrico, que le está diciendo no al viejo orden unipolar liderado por los Estados Unidos, cuya hegemonía está venida a menos, pero que  no ha dejado de considerarse el gendarme de la Humanidad para roturar y diseminar conflictos especialmente en Europa del Este, África y Asia occidental.

Hoy evidencia una crisis sistémica y estructural, venida a menos como expresión del constante asedio e injerencia, en contra de todo lo que represente emancipación desde una geopolítica en beneficio de nuestros pueblos y naciones sudamericanas.

Alguna vez Chávez dijo: «Nuestro Norte es el Sur».

Hay que seguir atando y uniendo, integración, desde las miradas concretas de Sudamérica, de los pueblos, cosmovisiones, saberes, oralidades, identidades, culturas.

Un fantasma llamado Bolívar recorre de nuevo nuestra América.

Parafraseando a Bolívar: «Estoy todo entero donde quiera que está una de mis partes».

Subordinación y sometimiento no están en la agenda de retorno y renacimiento de Unasur, sino integración y desarrollo soberano.

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Luis Ernesto Guerra Ecuatoriano, analista político y activista de Derechos Humanos

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor/a

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