Esta semana, en una reunión realizada en Bruselas, Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea y Jens Soltenberg, secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) firmaron un acuerdo de cooperación.
El investigador del Centro de Estudios Rusos de la Universidad Normal de China, Cui Heng, dijo para el periódico Global Times, en un intento de recrear el escenario de la Guerra Fría: «Estas ciertamente no son buenas noticias para la seguridad global ya que la OTAN está tratando de retener el «legado» de la Guerra Fría y está tratando de escalar la tendencia tóxica».
Además, sostiene que este organismo está intentando involucrar a China en el conflicto. Sin embargo, hasta ahora, desde ese centro político solo han existido relaciones cordiales con Europa y, sobre todo, con su aliado comercial ruso. Por lo que se desestima la inserción del gigante asiático en la guerra Rusia-Ucrania. Al menos por ahora apuestan al diálogo y la construcción de buenas relaciones (Global Times).
El gobierno de Estados Unidos no ha sido imparcial, ni en declaraciones ni en el apoyo directo a Ucrania y en contra de Rusia, ha incitado a que la Unión Europea (UE) fije posición con entrega de armas y apoyo militar a ese país, casi en forma de mandato, orden que han cumplido a cabalidad algunos países como Francia, España y Holanda.
Joe Biden, presidente de Estados Unidos, ha sido el gran benefactor que ha enviado todo tipo de ayuda a su par ucraniano, Volodímir Zelenski, “La idea de enviarles equipo ofensivo y de que ingresen aviones y tanques y trenes con pilotos y cuadrillas estadounidenses… eso se llama Tercera Guerra Mundial” (wordlsocialist.org)
Este nuevo acuerdo de “acción estratégica”, cooperación de la UE-OTAN disfrazado de “defensa para la paz”, es un compromiso de acción futuro de más intromisión y más apoyo para la guerra, el escenario se intensifica más. Aquí el acuerdo completo, tomado de la página de la OTAN:
“La asociación estratégica OTAN-UE se basa en nuestros valores compartidos, nuestra determinación para abordar desafíos comunes y nuestro compromiso inequívoco de promover y salvaguardar la paz, la libertad y la prosperidad en el área euroatlántica.
- Hoy nos enfrentamos a la mayor amenaza a la seguridad euroatlántica en décadas. La brutal guerra de Rusia contra Ucrania viola el derecho internacional y los principios de la Carta de la ONU. Socava la seguridad y la estabilidad europeas y mundiales. La guerra de Rusia ha exacerbado una crisis alimentaria y energética que afecta a miles de millones de personas en todo el mundo.
- Condenamos en los términos más enérgicos posibles la agresión de Rusia. Rusia debe detener inmediatamente esta guerra y retirarse de Ucrania. Expresamos nuestra plena solidaridad con Ucrania y reiteramos nuestro apoyo inquebrantable y continuo a su independencia, soberanía e integridad territorial dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas. Apoyamos plenamente el derecho inherente de Ucrania a la autodefensa y a elegir su propio destino.
- Los actores autoritarios desafían nuestros intereses, valores y principios democráticos utilizando múltiples medios: políticos, económicos, tecnológicos y militares.
- Vivimos en una era de creciente competencia estratégica. La creciente asertividad y las políticas de China presentan desafíos que debemos abordar.
- Los conflictos, la fragilidad y la inestabilidad persistentes en nuestra vecindad europea socavan nuestra seguridad y proporcionan un terreno fértil para que los competidores estratégicos, así como los grupos terroristas, ganen influencia, desestabilicen las sociedades y supongan una amenaza para nuestra seguridad.
- Como subrayan tanto el Concepto Estratégico de la OTAN como la Brújula Estratégica de la UE, esta es una coyuntura clave para la seguridad y la estabilidad euroatlántica, que demuestra más que nunca la importancia del vínculo transatlántico y exige una cooperación más estrecha entre la UE y la OTAN.
- La OTAN sigue siendo la base de la defensa colectiva de sus Aliados y esencial para la seguridad euroatlántica. Reconocemos el valor de una defensa europea más fuerte y capaz que contribuya positivamente a la seguridad global y transatlántica y que sea complementaria e interoperable con la OTAN.
- Nuestra asociación estratégica, que se refuerza mutuamente, contribuye a reforzar la seguridad en Europa y más allá. La OTAN y la UE desempeñan funciones complementarias, coherentes y que se refuerzan mutuamente en el apoyo a la paz y la seguridad internacionales. Seguiremos movilizando el conjunto combinado de instrumentos a nuestra disposición, ya sean políticos, económicos o militares, para perseguir nuestros objetivos comunes en beneficio de nuestros mil millones de ciudadanos.
- Sobre la base de la Declaración Conjunta de Varsovia de 2016 y la Declaración Conjunta de Bruselas de 2018, que ampliaron significativamente la amplitud y profundidad de nuestra asociación establecida hace más de veinte años, hemos logrado un progreso sin precedentes en todas las áreas de cooperación.
- Hemos alcanzado resultados tangibles en la lucha contra las amenazas híbridas y cibernéticas, la cooperación operativa, incluidas las cuestiones marítimas, la movilidad militar, las capacidades de defensa, la industria e investigación de defensa, los ejercicios, la lucha contra el terrorismo y el desarrollo de capacidades de los socios.
- A medida que las amenazas a la seguridad y los desafíos a los que nos enfrentamos están evolucionando en alcance y magnitud, llevaremos nuestra asociación al siguiente nivel sobre la base de nuestra cooperación de larga data. Reforzaremos aún más nuestra cooperación en áreas existentes, y ampliaremos y profundizaremos nuestra cooperación para abordar en particular la creciente competencia geoestratégica, los problemas de resiliencia, la protección de infraestructuras críticas, las tecnologías emergentes y disruptivas, el espacio, las implicaciones de seguridad del cambio climático, así como manipulación e interferencia de información extranjera.
- Al firmar esta declaración, impulsaremos la asociación OTAN-UE en estrecha consulta y cooperación con todos los Aliados de la OTAN y los Estados miembros de la UE, con un espíritu de total apertura mutua y de conformidad con la autonomía de toma de decisiones de nuestras respectivas organizaciones y sin perjuicio al carácter específico de la política de seguridad y defensa de cualquiera de nuestros miembros. En este contexto, consideramos que la transparencia es crucial. Alentamos la participación más completa posible de los Aliados de la OTAN que no son miembros de la UE en sus iniciativas. Alentamos la mayor participación posible de los miembros de la UE que no forman parte de la Alianza en sus iniciativas.
- Evaluaremos el progreso periódicamente”.
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Correo del Alba
