Este jueves 30 de junio a través de su canal Telegram, el ministerio de Defensa ruso anunció un cambio muy significativo en el conflicto Rusia-Ucrania “como señal de buena voluntad, las Fuerzas Armadas rusas terminaron de realizar sus tareas en la Isla de las Serpientes y retiraron la guarnición allí”. Este es un gesto destinado a demostrar que “Rusia no obstruye los esfuerzos de la ONU para organizar un corredor humanitario para la exportación de productos agrícolas desde Ucrania”.
Surge la pregunta ¿Por qué puede ser importante para una potencia como la Federación Rusa una pequeña isla enclavada en el Mar Negro? Un islote, sin árboles, que es constantemente golpeado por ráfagas de viento, sin agua dulce y habitada por aves marinas. Puede efectivamente parecer inverosímil que desde el inicio de la operación especial rusa siempre haya mantenido un cierto nivel de atención por la ocupación militar de soldados rusos.
El comandante Chávez nos enseñó el análisis geopolítico a través de un método simple, el punto y círculo. Ubiquémonos en ese islote, un punto de un kilómetro cuadrado en medio del azul del mar, si trazamos un círculo a su alrededor nos encontraremos con que está situado a solo 35 km de la costa de Ucrania, y está a 414 km de Rumania, donde se encuentran tropas de la OTAN, porque ese es un país miembro de la Alianza Atlántica. Pero, a la vez, la circunferencia que rodea a la Isla de Serpientes es una zona cuyos fondos marinos son ricos en gas y petróleo. De allí que sea una zona geoestratégica, tanto para Rusia como para Ucrania, que permite, además de lo señalado, el control del Mar Negro.
El grano como prioridad
En este sentido, el retiro de las tropas rusas de la Isla de las Serpientes puede ser entendido como una demostración de “negociar cediendo”. No es poca cosa, lo que están dejando, están cediendo una potencial base rusa con misiles de largo alcance que podría haber amenazado el tráfico marítimo, el puerto ucraniano de Odesa, y en Rumanía el delta del Danubio y el puerto de Constanza. También la isla podría haber sido un punto de fuerza de gran importancia en caso de un ataque ruso a la región separatista moldava de Transnistria.
Sin embargo, para Moscú “esta solución evitará que Kiev especule sobre una inminente crisis alimentaria alegando la imposibilidad de exportar grano debido al control total de Rusia sobre la parte noroeste del Mar Negro”. Esta decisión va a permitir la exportación de cereales a través de la logística de los cinco puertos fluviales del bajo Danubio: Brăila y Galați (Rumanía), Giurgiulești (Moldavia), Reni e Izmail en Budžak (Ucrania). Todos los canales navegables del gran delta del Danubio pueden ahora ser recorridos con mayor seguridad por buques mercantes de tamaño pequeño y mediano.
Pero, además esto sugiere la existencia de algún tipo de mediación con la Unión Europea en el sentido de que realizarán un levantamiento del bloqueo selectivo de mercancías rusas aplicado por Lituania. Tampoco se puede descartar que la diplomacia esté surtiendo efectos positivos, y que se haya iniciado al menos una discreta negociación entre Moscú y Kiev. Algunos datos nos pueden hacer inferir esto, sobre todo por el intercambio equitativo de 144 prisioneros de guerra por 144 heridos y mutilados en su mayoría, también miembros del Batallón Nazista Azov.
Desminado del Mar Negro
Existe un problema técnico que no se puede subestimar y es la importancia crucial del desminado portuario y el peligro de las minas en el Mar Negro, sobre el que todas las partes interesadas en esa franja de agua llevan mucho tiempo dando la alarma. No olvidemos que Ucrania colocó minas desde los puertos hasta el Mar Negro que inclusive por efecto de las corrientes han estado cambiando de lugar.
Para poder limpiar la zona se había hablado de una misión internacional precisamente para ayudar a detectar los artefactos y, sobre todo, para escoltar a los barcos cargados de cereales y fertilizantes a través del Bósforo. Pero, incluso en este caso, no hay que olvidar que existen dificultades técnicas y jurídicas, porque legalmente el Bósforo está controlado por Turquía lo cual sugiere que no será una misión que pueda llevarse a cabo rápidamente.
Información desde Kiev
En aras de tratar de mantener la objetividad es necesario comentar una noticia emanada por la portavoz de las Fuerzas Armadas del Sur de Ucrania, Natalia Humeniuk, quien informó en una rueda de prensa que los ataques con misiles realizados en la Isla de las Serpientes habían alcanzado un Pantsir-S1. Este último es un complejo sistema de defensa aérea ruso que combina armas convencionales con misiles de alto rendimiento de corto a mediano alcance; esta particularidad lo convierte en un verdadero “asesino” de drones. La capacidad Pantsir-S1 va desde contrarrestar eficazmente todo tipo de misiles/proyectiles procedentes de diferentes direcciones hasta vehículos aéreos no tripulados y helicópteros, así como objetivos terrestres como vehículos blindados.
Es decir, este objetivo logrado por Kiev fue un golpe significativo a Moscú, y de acuerdo a la información reseñada por Ucrania, fue el último de una serie de incursiones contra la guarnición rusa en la isla. Según el ejército ucraniano, antes de abandonar Moscú la isla sólo quedaban dos barcos con 16 misiles de crucero para proteger el acantonamiento ruso.
Lecturas y escenarios
Por ahora, la elección de Rusia puede leerse como una imposibilidad de controlar el norte del Mar Negro, pero también como una señal de que realmente existe en el Kremlin una preocupación por la crisis alimentaria que pudiera generarse a nivel mundial. En este punto, esto puede ser la razón de peso que lleve a la Federación Rusa a suspender, bien momentáneamente o indefinidamente, la operación militar especial en territorio ucraniano.
Así mismo, el hecho de que el retiro de las tropas rusas se anuncie de manera simultánea con la Cumbre de la OTAN y casi inmediatamente después de la reunión del G7 en Alemania, también nos puede dar señales de la eficacia de la diplomacia, como siempre discreta y silenciosa. Dejamos al criterio de las y los lectores debatir y decidir si esta acción desde la Federación Rusa ha sido una señal de buena voluntad rusa o por el contrario se trata de una derrota táctica.
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Yoselina Guevara López Corresponsal en Italia
