Según los resultados parciales, al 99% del conteo de las elecciones legislativas canadienses del 20 de septiembre, el Partido Liberal, del primer ministro Justin Trudeau, obtuvo 158 escaños. Doce menos de los necesarios para tener la mayoría, por tanto formará un gobierno en minoría a pesar de haber convocado a elecciones anticipadas para reforzar su posición. El Partido Conservador de Erin O’Toole quedó en segundo lugar, con 122 escaños de los 338 disponibles.
Desde las elecciones de 2019 los liberales lideraban un gobierno en minoría, el cual había sido calificado por el Primer Ministro como “tóxico” por el clima en el Parlamento y dado que algunos proyectos de ley, claves para la administración de Trudeau, no habían sido aprobados por la Cámara.
Canadá es una democracia parlamentaria en la cual para liderar un gobierno mayoritario, un partido o coalición debe conseguir 170 de las 338 bancadas del Parlamento. Para cada escaño, los representantes de los partidos políticos compiten en un distrito electoral o circunscripción.
Sentimiento de explotación electoral
En agosto, Trudeau estaba convencido de su victoria electoral por el éxito de su estrategia de vacunación, que le valdría la gratitud de los votantes canadienses. En virtud de ello organizó unas elecciones anticipadas, con la esperanza de conseguir una mayoría de gobierno para el Partido Liberal. Algunos analistas creen que no alcanzó la mayoría parlamentaria por una serie de factores, entre ellos el estado de ánimo del electorado que podrían haberse sentido explotados por un político que convirtió una crisis sanitaria en una oportunidad para tomar el poder. No todos los electores reaccionan de la misma manera y algunos de ellos pueden sentirse utilizados.
Aunado a eso, las contradicciones y errores cometidos por el Primer Ministro durante la campaña le podían haber costado la derrota. Uno de los más clamorosos traspiés fue su declaración en aseveró que no consideraba la política monetaria como una prioridad absoluta. Esto justo el día en que el Instituto Nacional de Estadística informaba que Canadá estaba enfrentando la mayor inflación desde 2011. No obstante, los resultados electorales demuestran que los canadienses se sienten cómodos con un gobierno en minoría y que, además, no tienen ninguna intención de ayudar a los liberales a obtener el control total del Parlamento.
Aunque las encuestas auguraban un posible fracaso, Trudeau logró superar los escollos, por ahora se mantiene en el gobierno con una minoría, pero sigue siendo Primer Ministro.