Por Pedro Ballestero
Hoy, 27 de marzo del año 2020, con todos los reflectores del mundo encendidos a punto de incendiarse para ver al antagonista de la escena, al engendro más nocivo que haya inventado el poder para sembrar el pánico en las multitudes… Damas, caballeros y otros géneros… les presentamos al microscópico y casi invisible protagonista del momento… Al que cambió todas las agendas del planeta y nos confinó en las casas a seguir viendo las noticias, películas y otros enlatados por ellos mismos creados en sus laboratorios de la muerte.
Hollywood lleva años alertando sobre la desaparición de la especie, con millares de títulos que van desde Armagedon hasta Un día después. Nada de lo que está sucediendo es por azar. Todo está dentro del guión. Aquí no hay improvisación posible: eso se lo dejaron a los negros del jazz, a los latinos en sus solos instrumentales y a las inmensas multitudes para que se las arreglen como puedan en el sálvese quien pueda que ellos mismos impusieron para este clímax de la obra que escribieron, con varios actores y actrices principales y casi el mundo entero como extra.
«Nada de lo que está sucediendo es por azar. Todo está dentro del guión. Aquí no hay improvisación posible»
Jamás el Epidauro vivió algo así…, sin embargo en la tierra del Coliseo, sus habitantes van cayendo sin la oportunidad de otro parlamento. No hay telar que pueda coser un telón tan gigante para esconder este inmenso esperpento…
Los espectadores que quedemos, tenemos la responsabilidad moral de salir a las calles a aplaudir, con las caras al viento y sin máscaras de ningún tipo cuando la obra haya terminado.
Será la gran posibilidad nuestra de comenzar a actuar otro teatro, para luego escribirlo y dejarlo tan solo como un testimonio del horroroso espectáculo de la muerte: sin cuartas paredes ni cajas negras, sin divos ni estrellas y sin la «mierda» que nos deseamos antes de cada función.
Hoy, 27 de marzo del año veinte veinte, cuando repaso en mi memoria la historia del teatro que me contaron, definitivamente pienso que es imprescindible salir de esta TRAGEDIA.
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Pedro Ballestero Director de teatro