Por María Fernanda Barreto
A propósito de celebrarse este 19 de julio el 40 aniversario de la Revolución nicaragüense, que marcó profundamente las luchas de América Latina y del mundo entero, que se volcó a una solidaridad internacional que solo podría tener antecedentes en la lucha por la República en la España de 1936, entrevistamos en Caracas a este sociólogo y escritor nicaragüense que vivió su infancia en Cuba, donde lo sorprendió la muerte en combate de su padre, el inolvidable “Tayacán vencedor de la muerte”, comandante Carlos Fonseca Amador.
Actualmente Fonseca Terán es Secretario Internacional Adjunto del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). En esta entrevista exclusiva para Correo del Alba comparte su análisis sobre las circunstancias históricas que unen a Venezuela, Nicaragua y Cuba en esta nueva fase de agresiones del imperialismo contra los procesos revolucionarios de la región.
¿Qué hace un militante nicaragüense del FSLN en este momento en una actividad de solidaridad con Venezuela?
Sencillamente porque el principal deber de cualquier revolucionario del mundo en este momento es defender a la Revolución bolivariana, que es la primera línea de fuego contra el imperialismo. El imperialismo ha convertido a Venezuela en su principal objetivo a destruir, por lo tanto, todos los revolucionarios tenemos que solidarizarnos con Venezuela para defender su soberanía y su revolución. Por eso estamos aquí. Incluso, en este momento venimos de un encuentro mesoamericano y caribeño de partidos de izquierda que convocó el Frente en Nicaragua con el objetivo de definir estrategias, acciones y emitir una proclama en defensa de Venezuela. Definimos, en caso de una invasión militar norteamericana a Venezuela, el levantamiento armado de nuestros pueblos en contra del imperialismo y de los gobiernos que responden a sus intereses.
¿Cree que estos ataques a Venezuela y Nicaragua son hechos aislados?
Los mismos voceros del Gobierno norteamericano han manifestado públicamente que, si bien es cierto en estos días concretos han ubicado a Venezuela como el enemigo a ser atacado y destruido, su objetivo estratégico real somos Cuba, Nicaragua y Venezuela. Lo que no es casual, los tres hechos históricos revolucionarios que más influencia han tenido en lucha popular en toda la historia de América Latina, han sido la Revolución cubana, la Revolución sandinista y la Revolución bolivariana, entre las cuales, por una extraña coincidencia histórica, hay veinte años de diferencia entre cada una. Eso hace de la región Caribe la más revolucionaria de América Latina.
Entonces está introduciendo un elemento geoestratégico en su análisis que pudiera tener que ver con la importancia militar y económica, en cuanto a vía para el tránsito de mercancías que tiene el Mar Caribe, ¿es así?
Claro. Pero además, en el caso de Venezuela está el petróleo, en el caso de Nicaragua es la ubicación estratégica al ser el paso obligado entre norte y sur y con características geofísicas que permiten la construcción del canal interoceánico. En el caso de Cuba, lo que ella representa en tanto ejemplo y el interés que ellos han tenido sobre la isla, incluso desde antes de la Revolución.
“Lo que sucedió el año pasado en Nicaragua fue producto de la aplicación del formato del llamado ‘golpe suave’, que de suave no tiene nada, pues nos costó ya 198 muertos”
Hay otras evidencias que unen históricamente los ataques imperialistas contra Venezuela y Nicaragua. Imágenes y consignas muy similares, por ejemplo, pero ahora ¿esa relación podría quedar resumida en Elliott Abrams?
Ciertamente, él era el subsecretario de Estado para Asuntos Latinoamericanos en la época de Reagan, cuando nos hicieron la guerra sucia de los 80. Es uno de los grandes expertos en desestabilizar gobiernos que no son afines a los Estados Unidos.
Lo que sucedió el año pasado en Nicaragua fue producto de la aplicación del formato del llamado “golpe suave”, que de suave no tiene nada, pues nos costó ya 198 muertos. Este formato de golpe de Estado de nuevo tipo fue aplicado también en Venezuela. Lo conceptualizamos de golpe de Estado porque se da a través de la confabulación de los poderes fácticos como los medios de comunicación de la derecha, la Iglesia católica, la empresa privada y las ONG financiadas por la NED y la Usaid, las agencias norteamericanas encargadas de financiar las acciones desestabilizadoras en los países donde hay gobiernos que no son afines a sus intereses. Además de los llamados constantes, al igual que en Venezuela, al ejército para que tome el poder a favor de los intereses de la derecha.
Una de las estrategias implementadas por los Estados Unidos en los 80 contra Nicaragua fue vincular el narcotráfico con el financiamiento de los contras que atacaron al Gobierno sandinista. ¿Cómo es que lograron derrotar esa estrategia?
Venimos de dos guerras consecutivas en los 70 y en los 80 y a pesar de eso hemos logrado alcanzar los altos índices de seguridad que tenemos, en gran parte, gracias al origen revolucionario de nuestros cuerpos de seguridad y defensa que tienen métodos de trabajo con la población que fortalecen la prevención del delito.
En el caso de este golpe de Estado de nuevo tipo en Nicaragua, logramos derrotarlo con la fuerza organizada del pueblo, como en los 80, donde no solo teníamos el ejército regular y sus fuerzas permanentes, sino que teníamos la participación organizada del pueblo en la defensa armada de la Revolución a través de los batallones de reserva y las milicias populares sandinistas. Ellos han querido presentar esto como paramilitarismo, pero el paramilitarismo se dedica a hacer el trabajo sucio de la derecha para evitarle responsabilidades. Las acciones llevadas a cabo por la policía voluntaria en conjunto con la Policía Nacional son acciones por las cuales se responsabiliza el Gobierno, porque no son fuerzas paralelas, sino una fuerza subordinada al mando de la Policía Nacional.
También logramos derrotar la guerra psicológica con la que habían logrado afectar a muchas personas para sumarlas a sus acciones.
¿Nicaragua está preparada para seguir resistiendo estos ataques?
Claro, el FSLN salió más unido, más fortalecido y mejor organizado de la crisis del año pasado. Ahora tenemos mecanismos de defensa que antes no teníamos, porque no estábamos preparados para este tipo de situaciones. Es mucho más difícil atacarnos ahora. También hemos hecho nuestra autocrítica para hacer mejor las cosas y evitar que la derecha se aproveche. Tratamos de mejorar y perfeccionar la obra revolucionaria.
Nos pusieron una vacuna; ahora tenemos los anticuerpos.
¿Le parece posible que al final nuestros países logren derrotar este relanzamiento de la Doctrina Monroe?
El enemigo común siempre une y unidos somos invencibles. La historia ha demostrado que por imposible que parezca, podemos vencer. Si algo demuestra la historia de nuestros procesos revolucionarios es esa posibilidad cierta.
Estamos tranquilos, con la moral en alto, más unidos que nunca para enfrentar esta arremetida del imperialismo.
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María Fernanda Barreto Redacción
