Intervención del sionismo en Venezuela

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No fue hasta este miércoles 2 de octubre que logramos entender la insistencia de María Corina Machado en expresar públicamente que el 10 de enero del próximo año, Edmundo González Urrutia asumirá la presidencia de Venezuela. Ante los ataques que hace la oposición radical, representada por la dirigente de Vente Venezuela, se pudiera estar gestando un ataque a la República Bolivariana por fuerzas sionistas que tienen su enclave en Argentina, Colombia, Chile y Brasil.

Mientras que en nuestro país hay una discreta población israelita, actualmente hay menos de cuatro mil judíos viviendo en Venezuela; el gobierno sionista invocará, como medida de protección a sus ciudadanos, el acercamiento que mantiene el Gobierno venezolano y su estrecha colaboración con Irán y grupos extremistas, que amenazan a Israel de forma existencial, tal como lo narra María Corina Machado en una extensa misiva que envió a Benjamín Netanyahu en 2018.

Ante la dialéctica que usa Machado, está buscando manipular a Javier Milei, presidente de Argentina, para presentarlo como el máximo representante del sionismo en América Latina. En Argentina, el sionismo actúa en sectores más reaccionarios, los cuales reconocen a Milei como el “embajador de la luz”. Por supuesto, con esa distinción, el mandatario gaucho se siente un ser omnipotente y garante de las políticas de Israel en América Latina.

Recordemos que el 27 de abril de 2009, Venezuela reconoció oficialmente al Estado de Palestina, y desde entonces ha apoyado la causa palestina en las Naciones Unidas, siendo el primer país de América en hacerlo. Con ese argumento, María Corina Machado, en 2018, pidió ayuda al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, para una intervención militar contra el país.

En consecuencia, en los próximos días estaremos en presencia de una estrategia, con la ayuda de la hegemonía comunicacional, donde María Corina Machado, como última fase de su desesperación, denunciará la persecución del gobierno de Nicolás Maduro contra el cuerpo diplomático de Israel y contra sus ciudadanos, por la situación en la Franja de Gaza, El Líbano y Siria. No sería extraño que militantes de Vente Venezuela se presenten en la embajada de Israel utilizando la Kufiya, para crear ese escenario. Para ello, los órganos de inteligencia de Venezuela, especialmente la Policía Nacional, deben establecer un plan que prevenga, detecte y neutralice cualquier amenaza interna o externa que atente contra la seguridad de la nación.

«Ya Casi Venezuela», con Erik Prince a la cabeza, se convirtió en un boom fraudulento para recolectar dinero utilizando al país como una plataforma para hacerse de un dinerillo y no en una operación militar extranjera que derrocara al presidente Nicolás Maduro. Tal como lo vendió el prófugo de la justicia venezolana, Iván Simonovis, quien ahora también usa el 10 de enero de 2025 como fecha fin del Gobierno de Nicolás, bajo el lema: «Maduro está en fase terminal».

En cuanto a Colombia, el vínculo sionista de María Machado con el expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez deja al descubierto su conexión con grupos paramilitares, narcotráfico y otras organizaciones terroristas, que están propiciando la salida de Gustavo Petro de la presidencia de Colombia. Desde un principio, Petro anunció que su gobierno rompería las relaciones con Israel, vigentes desde 1957, mientras que Israel es el segundo socio comercial de Colombia, después de Brasil.

En lo que sí estamos claros es que Gabriel Boric debe retorcerse del dolor, porque a Chile ya no lo llaman la Israel de Latinoamérica. En el caso de Brasil, el sionismo pretendió declarar como fraude el triunfo de Lula da Silva, tal como lo está haciendo María Corina Machado en Venezuela. Durante el gobierno de Jair Bolsonaro, el sionismo y el evangelismo ejercieron fuertes influencias en la población carioca.

Otro de los elementos para propiciar la intervención israelita en suelo venezolano es que María Corina Machado, en alianza con el narcotráfico y el terrorismo, presenta a Venezuela como una amenaza real para países como Argentina, Colombia, Chile y Brasil. Sin temor a equivocarnos, esa es la siguiente fase para la transición que ella pregona, tomando en cuenta el acuerdo firmado en 2020 con el partido Likud, liderado por Benjamín Netanyahu, responsable de la masacre contra los pueblos de Palestina, Líbano y Siria.

A medida que transcurre el tiempo, a la oposición radical se le alejan las posibilidades de cristalizar su estrategia. En las movilizaciones que han realizado, tanto a nivel nacional como internacional, hay menos personas que las que salieron a protestar con facsímiles de actas que pretendieron deslegitimar el proceso electoral del 28 de julio.

A pesar de la comparecencia de Jennie K. Lincoln, asesora para América Latina y el Caribe del Centro Carter, ante la Organización de Estados Americanos (OEA), quien presentó los facsímiles de actas elaboradas por Súmate, Venezuela seguirá adelante con la preparación del acto de relegitimación de Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela, el próximo 10 de enero. Duélale o no a Luis Almagro, enemigo del gobierno venezolano, quien sentenció que la elección venezolana «no fue ni justa, ni libre, ni transparente», tornándose en juez de la decisión mayoritaria de los venezolanos. Sin embargo, la democracia soberana e independiente de Venezuela seguirá su camino bajo el pensamiento de El Libertador Simón Bolívar y del comandante eterno, Hugo Chávez.

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William Gómez García Venezolano, periodista

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor/a

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