La negativa de aceptación por parte de Turquía para el ingreso de Suecia y de otros países a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha servido como estrategia para la negociación de los intereses del gobierno de Recep Tayyip Erdogan, de pertenecer a la Unión Europea (UE). Además de lograr el compromiso de apoyo de los Estados Unidos para que el Ejército turco pueda ser “modernizado”.
Esta línea de negociación, resuelta este lunes 10 de julio, tras una reunión en Vilnius Lituania, entre Erdogan, el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg y el primer ministro de Suecia Ulf Kristersson, el mandatario turco acordó que aceleraría la entrega de protocolos de aceptación que deben ser aprobados por el Congreso de Turquía.
La decisión, también tiene que ver con la entrega del gobierno sueco, por la vía de extradición, de los miembros del Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK) opositores al gobierno de Erdogan y que -hasta ahora- Suecia se negaba a ceder por tener la nacionalidad sueca, por tanto, tenía que proteger a sus ciudadanos. Pero hoy esta condición se rompe para doblegarse ante la “lucha antiterrorista y enemigos del islam”. Una de las fichas por la cual se mantenía la negativa de apoyo del mandatario ultraconservador por varios meses contra Suecia y Finlandia que ya lograron ingresar a la OTAN.
El pasado mes, Suecia se había adelantado a las peticiones del gobierno turco y aprobó una Ley que garantiza la prisión para simpatizantes de organizaciones terroristas con penas de hasta cuatro años.
La luz verde se da en el contexto de la cumbre de la OTAN que se inicia hoy. Los lobistas estadounidenses han estado gestionando como interlocutores a través de enroques de entrada por entrada, es decir se desbloquea a Suecia, pero también se favorece a Turquía con el acceso a la Unidad Económica Europea.
Utku Reyhan, vicepresidente del Partido Vatan, de la izquierda socialista, reaccionó a la noticia a través de la red social Twitter, expresando que tal “decisión vergonzosa. Se rindieron al chantaje de Occidente”.
Diversos analistas aseguran que esta movida política puede mover el tablero contra Rusia. El tema principal de este encuentro de la OTAN tiene que ver con el apoyo militar y reforzar alianzas militares con Ucrania, que según se plantea no será aceptado como miembro hasta que el conflicto bélico sea resuelto, lo que no supone ninguna garantía a Rusia, ya que el contrincante recibe el apoyo militar, logística, formación de soldados y la movilización de unos 300 mil con alta preparación para combate aéreo, naval según confirmó el propio Stoltenberg.
La Alianza continuará en su papel hipócrita de financista omnipresente de la guerra. Mientras tanto, en esta bipolaridad política, Turquía negocia la venta de aviones F-16 con Estados Unidos y una pronta reunión entre Erdogan y Joe Biden que posiblemente cierre el trato que se adelantó vía telefónica en el marco de la OTAN.
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Nahir González Correo del Alba