Legados culturales valiosos y perdurables

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En la última revista de este 2021 de Correo del Alba, entrevistamos a la exministra de Desarrollo de Productivo, la economista Teresa Morales, quien hizo un balance de la gestión y del Proceso de Cambio. En su análisis señala, como crítica a tomar en cuenta, que hay un aplazamiento en lo cultural. La conformación de una nueva cultura implica —según Gramsci— la necesidad de una lucha cultural, en la cual el adversario no es negado ni aniquilado, sino superado. Y es justamente lo que una Revolución debe hacer, superar las formas que nos dominan y doblegan, a partir de nuestras propias propuestas emancipadoras, que nos den la posibilidad de pensar nuestra realidad, nuestro país; imaginarnos de cómo se quiere el futuro y tratar de construirlo, como dice Teresa.

El comandante Hugo Chávez lo tenía muy claro y desarrolló una serie de proyectos que han dado espacio a profundizar, desde nuestras raíces, una cultura distinta, alejada de tanta frivolidad y sin sentido en la que se sumergió por años a Venezuela, cuando nuestra patria bolivariana siempre ha contado con grandes hombres y mujeres que han contribuido al país y al mundo. La prueba más reciente ha sido la Orquesta Venezolana, que batió un récord Guinness con el concierto más grande que se ha escuchado en el universo.

Los legados culturales son tan valiosos como perdurables, como el movimiento cultural y artístico que se generó en los años 70 en Chile y que fue profundizado en el gobierno de Allende. Aun las canciones que el pueblo hizo suyas como «El pueblo unido jamás será vencido» de Quilapayún, son himnos de las multitudes organizadas. Hubo arte también con la Brigada Ramona Parra, el tipo de murales son replicados en los barrios populares de América Latina. La poesía de Pablo Neruda, dando a conocer nuestros héroes con poemas a Bolívar y a Manuelita Sáenz («La insepulta de Paita»), reconociendo lo valioso de nuestro territorio del Abya Yala con su grandioso poema a Machu Picchu en Perú, que lo puso en el sitial en que hoy se encuentra.

Siguiendo en Venezuela, Alí Primera y su música consciente se canta en todo Suramérica, Mercedes Sosa y tantos y tantas que fueron dejando para el pueblo su arte. Ninguno, ninguna, salvo excepciones, proviene de la burguesía o la oligarquía, sin embargo, se han ido haciendo en el colectivo, con la gente, en pequeños escenarios al principio.

Entonces, coincido plenamente en la necesidad, la urgencia de invertir en cultura, como inversión social que nos falta para apropiarnos de la belleza de nuestros países y reivindicar lo que tenemos. Bolivia es rica en folklore, cuenta con grupos excepcionales conocidos a nivel mundial como Kala Marka, que creó la bella canción de la «Marcha por la Patria».

Hagamos una inversión en la virtuosidad de talentos, que manifiesten una entrega espiritual representada en el arte y la cultura, que sea el alma de una nueva juventud que vea más allá de sus narices. Que, en el rigor que requiere cualquier rama artística, se temple la juventud para hacer de esta patria un lugar fuerte, digna y grandiosa.

Veamos formas y concretemos los ideales de crecer en el arte. Convoquemos a través de centros culturales, abiertos, con maestros y maestras, para enseñar diferentes corrientes, música, bordado, baile, poesía, literatura, en colectivo. Lugares donde la utopía se vuelva a posicionar en un mundo que cada vez se presenta más distópico. Como dice Silvio Rodríguez: “Venga la esperanza, pase por aquí”.

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Cris González Directora de Correo del Alba

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