Diálogos de México: revisión, rectificación y reorientación

113

Lo reconoció públicamente el camarada Presidente Maduro: El Diálogo de México partió de un compromiso determinante de la administración Biden, con sus socios subalternos de la derecha burguesa venezolana, de que se abstendrá de tomar medidas que pudieran afectar el desarrollo de las negociaciones con el gobierno bolivariano. Sin embargo, insistieron y presionaron al gobierno y el Alto Tribunal de Cabo Verde para la extradición del diplomático acreditado en materia comercial, Alex Saab y, finalmente, lo lograron.

Lógicamente, la reacción del presidente Maduro no se hizo esperar y retiró a sus comisionados en México y por intermedio del jefe de la delegación del gobierno, Jorge Rodríguez Gómez, anunció la suspensión de la presencia en este proceso de solución política de la crisis política-nacional, dejando la posibilidad de retomar tan importante y difícil proceso negociador, cobijado por México y seguido por el Reino de Noruega y la Federación Rusa.

Siendo así, no debería haber sorpresas en la conducta yankee y la reacción venezolana porque, aunque verbalmente lo haya prometido, la Casa Blanca nunca podría aceptar que un tercero, y menos de la «escuálida» fortaleza política de las oposiciones venezolanas presentes en el mecanismo negociador de México,  podría condicionar la  autonomía política de una superpotencia depredadora como los Estados Unidos, especialmente si en ese proceso pudiera estar en juego su menguada hegemonía geopolítica en América Latina y el Caribe y las apetecidas riquezas energéticas venezolanas que pretenden recuperar para su dominio.

Este escenario de ruptura «temporal» se veía venir cuando en la víspera de la segunda ronda de negociaciones de Tenochtitlan, el Presidente Maduro sorprendió «a tirios y troyanos» con su propuesta pública de abrir una Mesa adicional de Diálogo y Negociación en la que  su gobierno se sentará a discutir, directamente, la agenda de asuntos bilaterales pendientes entre ambos gobiernos; ello con el posible propósito, entre otros,  de resolver el caso Alex Saab con la liberación de los dos mercenarios gringos (capturados y ya sentenciados), participantes en la invasión ejecutada por el sector subversivo de Leopoldo López y Juan Guaidó, conocida como «Operación Gedeón».

Más allá de lo fenoménico y anecdótico de los hechos involucrados en la ruptura, lo importante es reconocer el error de negociar con «los payasos sin el dueño del circo» porque como en los esquemas de Barbados y Dominicana, tales intentos solo necesitaron «un extremis»,  una llamada telefónica desde la Sala Oval de la Casa del Potomac al Departamento de Estado y, desde éste,  al terrorista magnicida  Julio Borges para que esos mecanismos fracasarán, lo que obliga no a considerar continuar el mecanismo de México, debilitado por el hegemón gringo, sino diseñar en ese mismo país,  o en cualquier otro, pero con seguridades de poder negociador de las partes, que den garantía que los acuerdos vincularán a las partes participantes que tengan intereses legítimos en la situación venezolana, porque de otra manera podría sucederle al gobierno del presidente Maduro lo que le pasó  al secretariado de las FARC-EP que después de hacer concesiones extremas, como el desarme y la desmovilización de sus tropas regulares y milicianas, el siguiente gobierno del uribista Iván Duque, negó la aplicación del acuerdo y permite a los escuadrones de la muerte de las fuerzas militares y  el paramilitarismo, masacrar a firmantes del Acuerdo de Paz, a defensores de DDHH y dirigentes sociales, en una reedición de  genocidios contra la Universidad  Patriótica.

«Las partes se obligan a cumplir lo pactado» dice el románico principio de derecho, pero si la política no sostiene ese acuerdo, mejor es no firmarlo y preparar a los pueblos y gobiernos amigos para replantear el esquema de negociación y resistir las previsibles acciones del imperio y sus socios subalternos. Es urgente e imperioso reconvocar con generosidad – más allá de las diferencias electorales cercanas – al amplio abanico del chavismo y a la pluralidad de actores y factores patrióticos, a una real y efectiva unidad nacional antiimperialista para derrotar las intenciones intervencionistas del gobierno de los  Estados Unidos sobre la patria de Bolívar y Chávez que, para decirlo como el camarada Chávez en el histórico mitin del Jardín Botánico de la U.C.V de Caracas, hay cojones (y ovarios) suficientes para defender nuestra Venezuela y nuestra Revolución Bolivariana.

___________________________________________________________

Yoel Pérez Marcano Exembajador de Venezuela en San Vicente y las Granadinas y Belize

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor/a

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí