Diálogos y decolonización

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Los venezolanos, al igual que los otros pueblos que habitan en nuestra balcanizada gran nación latino-caribeña, vivimos en una lucha permanente por nuestra dignidad y soberanía enmarcada en el intenso devenir de nuestros países periféricos insertos sin voz ni voto en las  estrategias planetarias concebidas por potencias decadentes y nacientes en respuesta a las crisis ambiental y sistémica globales.

Ante ese panorama, varios países de la región, hermanados por la añoranza de la unidad perdida han iniciado un proceso de diálogo, liderado por el presidente de México, Andrés Manuel Lopez Obrador, con el fin de constituirse en un bloque esencialmente distinto a la OEA comandada por los Estados Unidos y terminada de degradar por el incalificable Almagro.

Un bloque capaz de dialogar de tú a tú con el hegemón estadounidense y demás naciones relevantes en el contexto mundial.  Iniciativa tomada en nombre de El  Libertador, pero  al parecer distinta de los esquemas integracionistas, antiimperialistas, decolonizadores, complementarios y  solidarios impulsados por el Comandante Chávez, vitales para la continuidad del proceso independentista  iniciado por nuestros ancestros hace más de 500 años.

¿Por qué la diferencia, la tibieza? ¿estrategia política? ¿presiones? no lo sé, lo que sí sé es que desconocer los fundamentos de lo ya avanzado podría implicar un injustificable y lamentable retroceso, tal como lo ha advertido  la profesora Judith Valencia. 

Lucha común aliñada, en nuestro caso, por la tensión generada por el diálogo en curso. Evento bien encaminado hasta el momento, como lo demuestran la disposición de la oposición, vocera de la Casa Blanca, a participar en las próximas elecciones y la aprobación unánime por parte de la Asamblea Nacional (AN) de acuerdos que ratifican la legitimidad del presidente Nicolás Maduro, así como la de funcionarios e instituciones electos o constituidas en concordancia con lo contemplado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela CRBV. Acuerdos que obviamente  invalidan las decisiones espurias de poderes, igualmente espurios, improvisados por los lacayos de los Estados Unidos.

Meritorios avances, producto del esfuerzo de nuestro presidente por restituir y mantener la paz, que deben desembocar en el levantamiento efectivo de las “sanciones”, en la recuperación de nuestro patrimonio, en el enjuiciamiento de los responsables de crímenes cometidos en nombre de la política y en el reconocimiento y compensación del daño infringido al pueblo.   

Pueblo que, en el caso de los chavistas, ha resistido toda clase de embates no solo en procura de una abstracta paz como pregonan algunos, sino primordialmente por lealtad al Comandante Supremo. Por la esperanza de que el éxito del diálogo posibilite la recuperación de sus derechos, su participación protagónica en la gestión pública, el inicio de un proceso integral de decolonización y la retoma  de la vía hacia el Socialismo del Siglo XXI.

¡Venceremos!

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Mariadela Villanueva Socióloga y comunicadora venezolana

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