Palestina un territorio extirpado, ocupado, un pueblo diezmado por el sionismo del Estado de Israel, creado por la gran industria de los Derechos humanos de las Naciones Unidas (ONU), en donde los crímenes de guerra son invisibilizados, así como el constante atropello al Derecho Internacional, pero los Consejos de Seguridad y Derechos Humanos, no pasan de actuar con escuetas resoluciones que al parecer no logran zanjar el exterminio y (macabro papel del Mossad) apartheid más perverso en pleno siglo 21.
No cesa la absurda maquinaria de ataque a Nicaragua, Cuba, Venezuela, mediante esta perversa industria (de los derechos humanos ) como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Organización de Estados Americanos OEALMAGRO (nacida en Bogotá, Colombia e inaugurada con el bogotazo que le costó la vida al político Jorge Eliecer Gaitán, hoy denominada la Israel de Suramérica, el laboratorio de prácticas filofascistas de sus diferentes regímenes que anestesian el incumplimiento de los Acuerdos de Paz firmados en La Habana. Que caminan a los cinco años con una decadente y tortuosa cadena de impunidad, abundantes informes con datas de falsos positivos, desapariciones forzadas, juzgamientos extrajudiciales, asesinatos de líderes y lideresas sociales, defensoras y defensores de DD.HH, violaciones sexogenéricas, que rayan en la ignominia , con una memoria social olorosa a calles, a balas y granadas antimotines aturdidoras y de gas lacrimógeno, donde siete bases militares del hegemón norteamericano, conjuntamente con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que abrió sus ojos en Washington en 1949 brazo armado de la Unión Europea (UE), cumplen al pie de la letra el manual del imperialismo internacional para apagar todo vestigio de lucha y conquista de derechos.
Empero, el pueblo colombiano le sigue apostando a la vida y la paz, mientras el régimen del presidente Iván Duque continúa masacrando a la juventud colombiana.
Un inmenso nicho oenegenista se encarga de repetir como corifeos el libreto construido en el pentágono y la Secretaría de Estado del gobierno federal de Estados Unidos, Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y el brazo del espionaje y de desestabilización la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de mirada rasera al más nefasto estilo de cerrar los ojos a las recurrentes violaciones a los derechos cometidos a democracias que están fuera de las lógicas y miradas del Consenso de Washington, que además configuran crímenes y delitos de lesa humanidad con bloqueos, auge de Medidas Coercitivas Unilaterales (MCU) y no falta el clivaje en la defensa de personas que delinquen , que intentan transgredir y subvertir el ordenamiento constitucional y jurídico en estos gobiernos que hacen uso legítimo de los principios contemplados en la Carta Fundacional de las Naciones Unidas, uno de ellos la libre autodeterminación, así como la soberanía, cooperación, integración y fundamentalmente el derecho a vivir en paz.
El orden y establecimiento norteamericano traza la cancha del ajedrez geopolítico y mueve las fichas estratégicamente de conformidad a sus intereses geoeconómicos, pisoteando el Derecho Internacional, Instrumentos Internacionales de Derechos Humanos. La gran estructura mass mediática que controlan y poseen convierte en verdad las fake-news, que además sentencian y juzgan.
No hemos visto que se condenen las terribles violaciones cometidas en Colombia, ni que se hayan fomentado investigaciones frente a una data e indicadores que develan que en la Israel suramericana son una práctica consuetudinaria y cotidiana las violaciones de derechos, en donde la juventud es el objetivo específico y fin en mente a combatir.
Colombia es el laboratorio del Comando Sur de los Estados Unidos, la OTAN. Es fundamental visibilizar que la fuerza pública colombiana es una de las más entrenadas y represivas del mundo, concomitante desde allí se emprenden y orquestan actividades de injerencia, asedio, amenazas fallidas incursiones, ataques, a Venezuela Bolivariana e intentos de magnicidio a su legítimo presidente constitucional Nicolás Maduro Moros.
Human Rights Wacht, de añeja tradición y mirada de clivaje, que es financiada por las agencias norteamericanas, hace un copy page de los manuales de subversión política e ideológica del pentágono, así como de los pseudo informes transmitidos por una oposición violenta que se encubre en grupos paramilitares encargados de realizar operaciones como: asesinatos, desapariciones forzadas, juzgamientos extrajudiciales y aparición de las personas desaparecidas, pero desmembradas.
Macabros cuadros, para seguir diseminando miedo y pánico a todas las personas que se atrevan a cuestionar al régimen oligárquico-imperialista que defiende derechos humanos de las personas que delinquen y no de los pueblos que demandan y luchan en la defensa de su soberanía con dignidad y libre determinación.
Por ahora resistir, persistir, luchar para construir una Latinoamérica sin asedio e injerencia, una nueva humanidad, y una auténtica estructura de derechos humanos, desde las voces resistencias y miradas de nuestros pueblos, es urgente y necesaria desmantelando esa nefasta industria que responde al gendarme del mundo.
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Luis Ernesto Guerra Analista político y activista de Derechos Humanos
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