En tiempos de pandemia… Expresiones del arte y los artistas

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La prohibición  de circulación y movilidad social que ha producido el virus, nos dejará una marca que recordaremos como el antes y el después de nuestro encuentro con las artes.

Desde la infancia, la mayoría de los seres humanos mostramos inclinaciones o gustos por cosas que tienen que ver con algún talento natural que quizás desarrollaremos como oficio, de manera profesional, empírica o simplemente como un hobby. Actividades a las que nos dedicaremos por sentirnos cómodos o sencillamente las disfrutaremos, y si conseguimos obtener beneficios económicos para vivir de eso que nos llena el espíritu, es perfecto.

En nuestra sociedad, los límites a los sueños de ser artistas empiezan en las familias. Pensar en alguna área del arte como profesión, se convierte en el primer reto a superar por las y los jóvenes en su núcleo familiar. Los obstáculos parten con objeciones que tienen que ver con tabúes, economía, la consideración de locura, inmoralidad, bohemia y vaguedad, como si ello fuera una parte intrínseca del artista.

¿Qué buscamos los artistas? ¿Qué pretendemos dar o mostrar a las personas? Lo útil o inútil de lo que queremos decir en estos tiempos. Algunos en la actualidad han vuelto al expresionismo, a mostrar el dolor, la tristeza y el miedo que motivó en otros tiempos el nacimiento de esta tendencia.

El cierre de teatros, salas de cine, galerías, museos, prohibición de conciertos y exposiciones de cualquier tipo, aunque representa la pérdida de un gran número de empleos, no significa la desaparición del arte. La creación, con mayores dificultades en las artes colectivas y escénicas, continúa adaptándose y creando nuevas tendencias.   

Nicolás Maduro entrega el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2021 al cineasta Tony González.

La cuarentena aumentó el consumo de arte, la gente, de manera virtual, de forma directa en sus casas, desde su celular, tablet, computadoras, televisores y proyectores inteligentes, entran a cualquier museo, galería o concierto. A lo que hay que sumar las nuevas formas de expresión, propias de las redes sociales donde niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos buscan comunicar y mostrar sus talentos a través de representaciones o creaciones basadas o con tendencia hacia el arte; lo que ha  producido cambios en nuestras sociedades desde todo punto de vista. Las familias, en muchos casos sin saberlo, entienden y perciben el arte no solo como entretenimiento y diversión que igual comunica e informa y abre relaciones sociales, lo que ha logrado respeto y aceptación del mismo.

Los creadores hemos asumido estos retos como una entrada o vuelta a reencontrarnos con la búsqueda de comunicar desde la belleza, desde las emociones que muevan a la reflexión, en muchos casos, a lo positivo de la vida. Verse, evaluarse, desde las calles vacías, la soledad de los sitios de encuentros sociales, donde están para varios artistas las ideas, las motivaciones. Mientras otros toman los silencios del encierro para sumergirse y crear, consiguiendo una oportunidad fuera de los horarios y la bulla cotidiana para estudiar lo pertinente de sus propuestas, reconocer lo efímero de los momentos que nos llevan a repensar el concepto del tiempo, la vida, creación, estilos y la muerte. 

En algunas áreas la industria del arte plantea la inmediatez, como si el arte tuviera una caducidad, trayendo contenidos ligeros sin profundidad, con mayor carga de vanidad o simplemente con rostros, cuerpos, rasgos físicos, como si eso fuera un talento; a diferencia de los autorretratos realizados por artistas de otros tiempos y de la actualidad, quienes buscaban y buscan mostrar su interior, su pensamiento y hasta el envejecimiento sin pretender cambiar su real rostro con Photoshop,  para ser testimonio ellos mismos de su verdad física y espiritual.  

Los artistas como trabajadores, en su mayoría dependen de las ventas de sus creaciones. La pandemia en terminó por llevarnos al mundo virtual y vemos que este año se presenta igual. Razón por la que los creadores debemos enfocar las obras a las plataformas digitales en busca de mercados; así vemos esculturas, novelas, fotografías, diseños y la música en el universo del Internet. No a todos les es posible acceder al mundo virtual, y los que logran entrar tienen después las dificultades propias de los trámites de pagos. Lo más complicado es que en muchos países a los artistas no se les considera trabajadores formales ni informales, lo que causa un gran problema en este sector a la hora de contar con un seguro social y jubilación.  Cuidar a los artistas, para poder seguir disfrutando de manera presencial o virtual de propuestas, que rompen con el mundo ficticio al mostrar diversidad cultural y social que visualiza gran parte de las minorías que no han sido representadas, por sus tonos de piel, estilos de vestimenta, adornos tradicionales y mestizaje cultural de todos los continentes, es tendencia que podemos encontrar incluso en memes, a los cuales se les está considerando una nueva forma de arte gráfico.

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Tony González Cineasta

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor/a

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