El otro Negro

102

La guerra de las colonias americanas que lucharon por independizarse de la metrópoli española, estuvo signada por la presencia de hombres y mujeres valerosas y valerosos, sin par en esta gesta.

Uno de esos hombres valientes, que no conocieron el miedo y que el afán de ser libres les brincaba en el alma, fué Leonardo Infante, conocido como «El Negro Infante». Había nacido en Chaguaramal el 28 de junio de 1775 (otros señalan que fue en el año 1778).

Infante tuvo una vida intensa como soldado patriota. Se enroló en el Ejército siendo muy joven,  bajo el mando de Santiago Mariño, en 1812 y hasta 1824 participó con heroísmo resuelto en casi todas las batallas y combates que se libraron por la independencia. Importante fue su participación en la batalla de Las Queseras del Medio, comandada por el catire Páez. Seguramente, en ese encuentro, se juntó al lado de Pedro Camejo, llamado «el Primero», y ambos lanceros brillaron como nunca en aquella batalla épica. Infante fue ascendido por Páez al grado de Teniente Coronel.

Tal vez, la participación de mayor impacto de Leonardo Infante fue en el combate del Rincón de los Toros, en 1818. En ese encuentro, Bolívar estuvo a muy poco de la muerte ante las huestes del español Raimundo López. El Negro Infante, viendo a su jefe en serio peligro, se lanzó al combate de manera intrépida, dando muerte a varios soldados enemigos, entre ellos al mismo Raimundo López. Se le acercó a Bolívar, le entregó su caballo para que escape y continuó peleando, en peligro de perder la vida.

Infante luchó en las guerras del Sur y finalmente se radicó en Bogotá. Estando allí, se le acusa de haber dado muerte a un oficial patriota, se le instruye un proceso y es condenado a muerte. Estudiosos de este proceso señalan que se trató de un acto de venganza de alguien muy poderoso. Miguel Peña, presidente de la Corte que juzgó a Infante se negó a firmar el fallo, el cual tildó de ser «un asesinato judicial». El 25 de marzo de 1825 se ejecutó la muerte por fusilamiento del teniente coronel Leonardo «el Negro» Infante, quien murió valientemente proclamando su inocencia. Ante su cadáver, el vicepresidente Santander afirmó de manera amedrentadora: «Así morirá todo aquel que actúe contra las leyes de Colombia». La magnanimidad de El Libertador perdonó la vida de Santander ante el frustrado magnicidio del 25 de septiembre de 1828; quién sabe si ese perdón fue un desmentir de las acusaciones contra Infante. La historia, escrita por los vencedores, jamás podrá negar la valentía y heroísmo de uno de los valientes entre los valientes, vencedor en Las Queseras, salvador de Bolívar, Leonardo Infante, el otro Negro, patriota de la Patria Grande.

_____________________________________________________________

Félix Roque Rivero Abogado

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor/a

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí