Por Gustavo Torrico
Cuando hicieron su aparición en el panorama político las plataformas, las agrupaciones y los colectivos ciudadanos, tuve un sentimiento mezcla de alegría y desafío, sensación que la conocía muy bien desde mi adolescencia como trabajador fabril temporal en Said, donde el contrato se hacía por dos meses y 15 días y descansabas otros 15, de esa forma no existían los derechos laborales más que para un número muy reducido de compañeros que se denominaban de “planta”.
Fue así cuando por primera vez asistí a una reunión del sindicato de trabajadores luego de la jornada laboral, quedando maravillado al escuchar a los “viejos” dirigentes hablar de nuestra problemática y plantear soluciones y acciones para lograr el fin perseguido.
Así me sentí en muchas otras ocasiones cuando me debía enfrentar a cosas fuera de mi ámbito. Lo hacía con bastante alegría, pero sentía quemar en mis venas el desafío a lograr.
La derrota no entraba en planes cuando fui elegido dirigente estudiantil, dirigente vecinal, dirigente fabril o dirigente político. Cuando hicieron su aparición los miembros de estas agrupaciones, pensé que al fin salía a la luz nuestra juventud, nuestras mujeres y hombres, que no estaban contaminados por las viejas taras políticas de las élites que gobernaron el país.
Qué gran decepción cuando después de tanta espera comienzan a pasar los comandantes montando sus caballos y todos son los políticos fracasados, llámense Iván Arias, Diego Ayo, Oscar Heredia, Guillermo Paz, Jorge Alvarado, Fernando Untoja, entre otros, que por casualidad o destino postularon a diputaciones bajo siglas como ADN, MIR, Podemos, MNR, UN… asimismo a las rectorías de las universidades y hasta a su junta de vecinos, y en todas perdieron.
Éstos y otros sólo se perdían en lo único que habían aprendido a repetir, ya que tampoco les enseñaron nada más: Bolivia dijo NO. Y después de ese paso, fijando la mirada a la derecha, quedó la playa desolada y mugrienta, donde se ve arrastrarse a un grupo de muertos vivientes.
__________________________________________________________________
Gustavo Torrico. Asambleísta