José Roberto Arze: “el futuro político de Bolivia no puede ser resultado de caprichos”

-

spot_img

En las elecciones presidenciales del 18 de octubre de 2020 el Movimiento Al Socialismo (MAS) retornó al poder de la mano de Luis Arce y David Choquehuanca, cuya fórmula fue acogida por el 55% de la población. Los primeros desafíos que debió afrontar el nuevo Gobierno se centraron en enfrentar la pandemia del Covid-19, retomar las riendas del  Modelo Económico Social Comunitario Productivo (Mescp) y ver cómo sortear una crisis multidimensional.

Uno de los rasgos más definitorios de los cuatro años transcurridos desde entonces ha sido y sigue siendo la paulatina erosión al interior del oficialismo, que ha llevado a una virtual división expresada en las alas «evista» y «arcista». Proceso al que hemos dedicado entrevistas a sus protagonistas, reportajes y artículos en ediciones pasadas.

Ante la agudización de los conflictos en el masismo, así como el desbarajuste económico y social en los últimos meses, nos acercamos al destacado historiador, abogado y analista José Roberto Arze, para que, desde su visión militante y experiencia en el ámbito político e histórico, nos ayude a comprender qué está pasando en Bolivia.

¿Qué está pasando a nivel político en Bolivia?

No se desconoce, en general, que Bolivia tiene entre sus características una permanente y persistente agitación política. Esto se debe posiblemente a su crónica pobreza y la inconsecuencia tradicional de los políticos a no sujetarse a los cánones democráticos. En todo caso la situación presente ofrece una agudización de las tensiones políticas mayor a la habitual, que abre camino a la impaciencia por generar cambios especialmente en las esferas del liderazgo.

En los dos últimos años se ha producido un empobrecimiento brusco que a su vez ha determinado una crisis y un descontento generalizados. La inflación de los precios de los artículos de consumo cotidiano, la escasez de divisas (particularmente el dólar americano) y un devastador incendio que ha afectado a millones de hectáreas son los signos visibles de esta situación. El descontento es generalizado y parece afectar no solo al Gobierno, sino también a la oposición. No sé si esta es una “situación revolucionaria”, pero se aproxima a ella; pero no se vislumbra al sector oficial u opositor que pueda aprovecharla, sobre todo en las próximas elecciones.

Aunque los analistas políticos se solazan en repetir que no hay propuestas claras, me da la impresión de que no es así. Se trata (hoy como ayer) de una disputa entre una política económica de corte liberal (por lo menos de palabra) y otra de corte estatista y popular. Los sectores tradicionales ven con preocupación la persistencia del primero y hablan del agotamiento del modelo. Los sectores populares (por lo menos algunos) consideran más bien que el “modelo” vigente se ha contaminado de liberalismo.

“Este conflicto interno es principalmente una consecuencia de la desintegración del bloque histórico que le permitió al MAS asumir el poder”

¿Cómo ve la disputa al interior del MAS?

La ruptura del partido (o agrupación política) gobernante tampoco es extraña. Se produce inevitablemente después de cierto tiempo de ejercicio del poder. Esta disputa se presenta hoy como una rivalidad por el liderazgo del proceso, pero no veo con claridad cuáles son los intereses económicos en conflicto encarnados por sus dirigentes, concretamente por el expresidente Evo Morales, por un lado, y el presidente Luis Arce, por el otro. Pero ellos se pondrán de relieve a través de la acción de los sectores que apoyen a uno u otro. A mi modo de ver este conflicto interno es principalmente una consecuencia de la desintegración del bloque histórico que le permitió al MAS asumir el poder, pero es necesario indagar cuáles son las causas concretas.

¿Cuáles son las decisiones que tomaron ambos bandos en el camino y que definieron la ruptura o llevaron a un punto de inflexión?

No me atrevo a calificar todavía de ruptura definitiva, pero sí como un “punto de inflexión”. El sentido del proceso que se dará en adelante se definirá posiblemente en los próximos meses, o sea antes de las elecciones. Creo que ambos “bandos”, en cierto modo, se han derechizado y probablemente la “corrección” del modelo se dará como un proceso híbrido de capitalismo tradicional y estatismo.

¿Cómo vislumbra la Bolivia de los próximos 10 años?

En la superficie de los hechos la crisis actual es principalmente una consecuencia de los errores políticos de la izquierda. Si esta realiza una autocrítica sincera y profunda probablemente se consolide el proceso. Si no lo hace, la situación podría desembocar en un cambio de los grupos dirigentes de la política y el gobierno. Lo que ha ocurrido en Ecuador (Daniel Noboa) y Argentina (Javier Milei) puede darse en Bolivia.

En el momento actual la derecha carece de un claro paradigma, pero este puede darse en cualquier momento si se agudiza la crisis y los sectores populares no responden con idoneidad. Hay mucho que cambiar en los detalles de la legislación y la superestructura política, pero parece que ningún grupo quiere plantearlo.

Mis buenos deseos apuntan a una consolidación del modelo democrático, con sus dificultades y sus ventajas.

¿Cree que la derecha aprovechará este escenario para posicionarse de cara a las elecciones presidenciales de 2025?

Es natural y lógico que quiera hacerlo, pero tengo mis dudas acerca de su efectividad.

¿Puede haber un golpe de Estado?

No creo que pueda darse fácilmente un proceso insurreccional o un “golpe” de Estado, aunque seguramente no faltan políticos que quieran jugarse por esta opción.

¿Con qué situación histórica puede comparar este escenario y qué efectos puede provocar en la percepción de la opinión pública del país?

No tengo datos suficientes como para comparar la situación actual de Bolivia con la que se dio históricamente en otros países. Pero, en el meollo interno, considero que el elemento histórico comparativo (aunque con orientación opuesta) sería justamente el que precedió al ascenso del MAS, o sea el gobierno de Carlos Mesa. Las contradicciones y debilidades son muy parecidas, pero el aliento ideológico es opuesto.

La Historia no es resultado de caprichos subjetivos, pero una “toma de conciencia” es un hecho que se da en todos los procesos históricos exitosos. Lo que tienen que hacer el pueblo boliviano y quienes se arrogan su papel de vanguardia es examinar objetivamente la realidad y “tomar conciencia” de ella y de lo que debe hacerse.

__________________________

Nahir González Correo del Alba

spot_img

Voces en Lucha

spot_img

Últimas noticias

Tito Alvarado habla del Congreso Mundial de Poeta a realizarse en Cuba en 2025

"Ninguna razón más urgente, hermosa y trascendente para convocarnos en La Habana, en enero de 2025, en la tentativa...

Atentado en contra de Evo Morales

El domingo 27 de octubre de 2024, alrededor de las 6:25 de la mañana, el expresidente boliviano, Evo Morales, fue víctima de...

BRICS: Brasil asume la responsabilidad de implementar la desdolarización

La presidencia rusa de los BRICS ha conseguido avances significativos en la creación de modelos destinados a desvincular el...

De la revuelta popular al secuestro de un sueño: Chile 2019-24

Se cumplen cinco años y pocos acontecimientos han generado un sinfín de análisis buscando explicar cómo un movimiento social...
- Publicidad -spot_imgspot_img

Bolivia apuesta por un nuevo orden multipolar desde los BRICS

El presidente de Bolivia, Luis Arce, resaltó la importancia del BRICS como una plataforma clave para la construcción de...

Escritora Kris González habla de su nuevo libro: «Maurice Bishop y la Revolución de Grenada»

Entre 1979 y 1983, en el corazón del Caribe, se llevó a cabo una profunda revolución social liderada por...

Recomendados

Atentado en contra de Evo Morales

El domingo 27 de octubre de 2024, alrededor de las 6:25...

Sociedad Interamericana de Prensa: Estafadores de la dignidad de los pueblos

América Latina, en los últimos tiempos, se ha convertido...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí