Paula Klachko es socióloga y doctora en Historia. Se desempeña como profesora en las universidades de José C. Paz y Avellaneda, Buenos Aires. Además coordina el capítulo argentino de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (REDH) e integra su Secretaría Ejecutiva a nivel internacional. Junto a Atilio Boron es coautora del libro Segundo Turno. El resurgimiento del ciclo progresista en América Latina.
En esta oportunidad Klachko nos entrega un análisis riguroso y contextualizado de lo que pasa en la Argentina y de quiénes son los que pagan el alto precio de las políticas ultraneoliberales aplicadas en la gestión de Javier Milei.
¿Cuál es su balance de la gestión de Milei?
Desde el punto de vista de los intereses populares, de las grandes mayorías, es desastroso, de una manera nunca antes vista en los 40 años de democracia. Hemos tenido períodos de mucho retroceso, como el del menemismo y de la Alianza en los años 90 y el auge del neoliberalismo, pero lo actual es un poco de eso sumado a partes de la doctrina del shock de la última dictadura cívico-militar, que obviamente no aplican el mismo tipo de terrorismo de Estado sistemático que empleaba la dictadura genocida, pero sí tienen similar plan económico, obedecen a los mismos intereses y además reivindican esa dictadura oscura y todo lo que implicó.
Desde el punto de vista de los grandes grupos económicos aliados al capital financiero global es todo lo contrario, es decir, se trata de un gobierno “ideal”, porque tiene la audacia de ir a fondo, rápido y velozmente, con todas las contrarreformas necesarias para concentrar más su riqueza y empeorar nuestras condiciones de vida. ¿Qué significa eso? La posibilidad real de, a costa del trabajo y el hambre de las mayorías, enriquecerse más.
¿Cuál es la correlación de fuerzas con las que cuenta Milei en el Parlamento?
No tiene una buena correlación de fuerzas ni en la Cámara de Diputados ni en Senadores, pero cuenta con la alianza de Propuesta Republicana (PRO), que es el macrismo. También tiene sus diferencias con Patricia Bullrich, actual ministra de Seguridad, que proviene del macrismo. Ese espacio, sintetizado como macrismo, fue quien avaló la victoria de Milei en la segunda vuelta y su gobierno.
Las propuestas aprobadas hasta ahora son las más importantes para la clase dominante que gobierna conjuntamente el país y está en ambos lados del mostrador: primero, el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), y luego, la Ley Bases, que es casi una reforma constitucional. Esta última plantea contrarreformas en todos los aspectos de la vida social, política y cultural, creando las condiciones para concentrar más la riqueza en manos de los grandes grupos económicos, tanto locales como extranjeros.
La Ley Bases se aprobó con facultades extraordinarias al Presidente, permitiéndole vetar decisiones que favorezcan a los intereses populares o imponer reformas de hecho o por decreto, lo que la convierte en una ley muy grave que afecta desde la entrega del país mediante el régimen de incentivos para grandes inversiones que, como su nombre lo dice, supuestamente garantizan condiciones extraordinarias que benefician la llegada de capitales de inversión extranjeros directos en distintas ramas productivas, pero a un enorme costo ya que incluyen exenciones de impuestos y pagos aduaneros, permitiendo estar exonerados de pagar derechos de importación y exportación. Tampoco están obligados a liquidar divisas ingresadas por exportaciones, lo que agrava la escasez de dólares necesarios para motorizar la producción en una economía bimonetaria. Esta medida facilita la repatriación de capitales y la fuga de divisas, ya que recién al cuarto año deben liquidar el 100% de las divisas obtenidas por exportaciones.
¿Cómo caracterizaría el proyecto anarco capitalista de Milei? ¿Cuál es su real apuesta?
El proyecto de Milei es un gobierno de coalición de las cúpulas de la burguesía, la oligarquía terrateniente, financiera y de los grandes grupos de inversión con propiedades en medios de comunicación, tierras e industrias, siempre en convivencia con capitales extranjeros. Hay una notable influencia de la nueva “aristocracia financiera y tecnológica”, como lo muestra la relativa “amistad” de Milei con Elon Musk.
Este proyecto de las cúpulas y grandes grupos económicos, junto al capital financiero internacional, busca concentrar más la riqueza y precarizar la vida de las mayorías, para explotarlas más y generar una miseria que reduce el precio de la fuerza de trabajo. A través de la precarización y más horas de trabajo aumenta la extracción de plusvalía absoluta y relativa, incluso en nuestro tiempo libre mediante las redes sociales. El aumento de la tasa de explotación, por supuesto, incrementa la tasa de ganancia.
«El proyecto de Milei es un gobierno de coalición de las cúpulas de la burguesía, la oligarquía terrateniente, financiera y de los grandes grupos de inversión»
¿Cómo ha sido la pauperización económica que afectó en estos meses al país?
Con una recesión económica producto de la devaluación que hizo Milei al asumir. Primero, en términos conceptuales, significó una brutal transferencia de ingresos hacia los grandes grupos económicos, locales y extranjeros, hacia el capital financiero transnacional, y una distribución regresiva del ingreso. Los salarios bajaron un 10% si se compara junio de 2024 con noviembre de 2023. En el sector privado se redujeron el doble, casi un 20%. La pobreza aumentó: un reciente informe de la Universidad Católica Argentina señala que el 55% de la población es pobre. La indigencia, es decir, quienes no alcanzan a cubrir la canasta básica, llegó a un 20.3%. Y no es que antes estábamos bárbaro, durante el gobierno de Alberto Fernández, porque tampoco se había podido revertir la pobreza que dejó el macrismo, pero ha crecido muchísimo. Por ejemplo, el cuarto trimestre de 2023, el último del gobierno de Fernández, la pobreza alcanzaba un 45.2%, que es un montón para un país como la Argentina; y la indigencia 14.6%. O sea que lo que ya era terrible ahora es mucho peor.
Por otra parte, la actividad económica se redujo en un 2.6% el primer trimestre de 2024 respecto del trimestre inmediatamente anterior, y si se considera de manera interanual bajó en un 5%, lo que se expresa en quiebres de industrias, de pequeñas y medianas empresas, el tema del uso de la capacidad instalada en la industria, los salarios, etcétera.
En cuanto a los despidos masivos, es otra cifra espeluznante. Durante los primeros meses de gobierno de Javier Milei, hasta julio, según un muy serio informe de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) se perdieron 655 mil puestos de trabajos, de los cuales más de la mitad eran informales.
La recesión, por supuesto, implicó una caída del consumo en los supermercados, de electrodomésticos. Esta distribución regresiva del ingreso que conlleva a esta miseria, a esta pobreza, va acompañada de una crueldad del Gobierno que por meses y meses guardó comida en galpones, sin repartirla, así como frazadas –con este frío crudo que tenemos–. El de Milei es un gobierno de la crueldad.
Claro, siempre hay ganadores, porque en esta transferencia de ingresos el nivel de rentabilidad de los grandes grupos económicos aumentó. Por ejemplo, hay 10 empresas que tuvieron ganancias extraordinarias de más del 40% y otros 17 grandes grupos económicos que duplicaron sus niveles de rentabilidad. La riqueza de unos pocos es gracias a la miseria de las mayorías.
De igual modo, se volvió todo más regresivo: el sistema impositivo –que ya era regresivo– ha condonado nuevos impuestos a los bienes personales de los ricos, al tiempo que se ha repuesto un impuesto quitado en la última parte del gobierno de Fernández como es el mal llamado “impuesto a las ganancias sobre salarios medios y altos”. Por su parte, las jubilaciones en los primeros meses del gobierno de Milei cayeron en un 24.3%. Lo cual es tremendo.
Lo único que hay que reconocer que mantuvieron, para tampoco echar leña al fuego de la conflictividad social, es la asignación universal por hijo, incrementada en un 34.5% para las y los más desamparados, a fin de contener en algo la protesta social.
¿Hacia dónde debiera caminar la oposición para poner freno a las privatizaciones y desmontaje del andamiaje estatal anunciado por el oficialismo?
Eso es muy complejo, porque avanzó mucho más el desmontaje del andamiaje estatal que las privatizaciones, con las que se viene avanzando no al ritmo que quisieran, pero lamentablemente van a seguir avanzando y tendremos que tratar de oponernos con fuerza. Sin embargo, están avanzando en un ritmo menos acelerado que en otros planos, porque no es tan fácil.
Creo que tenemos que seguir movilizándonos, organizándonos, retomar los debates políticos, la construcción barrial y territorial. Está el entramado solidario en los barrios, que es lo que primero surge en este pueblo donde anida la solidaridad; la organización de comedores populares como un primer anclaje de la resistencia a la muerte y al hambre que nos proponen. Necesitamos fortalecernos y discutir un proyecto de país alternativo que sea claro para la población y que tengamos la capacidad de difundirlo y convencer de que lo que estamos viviendo no es un momento que haya que esperar para después estar mejor, sino todo lo contrario.
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Cris González Directora
