Este 10 y 11 de septiembre, se desarrolló en Caracas, la capital venezolana, el 1er. Congreso Mundial contra el Fascismo, el Neofascismo y Expresiones Similares. El mega evento contó con la participación de más de mil 200 delegados nacionales e internacionales provenientes de 95 países de todo el mundo, y marcó una agenda que incluye la conformación de un Frente Internacional para combatir y frenar el avance del fascismo y de la ultraderecha en nuestra región y en todo el planeta.
Recordemos que Venezuela sufrió un intento de golpe de Estado durante los días posteriores a la realización de las elecciones presidenciales, el pasado 28 de julio. Esos días el país vivió situaciones que indicaron no solo la intención de grupos violentos de quebrar el orden constitucional y desestabilizar políticamente al gobierno, sino también evidenció el surgimiento de un tipo de fascismo o neofascismo que ha levantado las alarmas a tal punto de que el gobierno bolivariano y las bases sociales han decidido sumar fuerzas para organizar y recibir a activistas nacionales e internacionales para debatir, intercambiar experiencias y crear propuestas de acción concretas contra el fascismo y sus diversas manifestaciones.
En ese marco, entrevistamos a Claudio Katz, un economista y activista de los derechos humanos argentino, que ha escrito sobre los peligros del capitalismo contemporáneo y la crisis económica global. Katz participa además en los foros internacionales donde se alerta sobre las nefastas consecuencias del llamado libre-comercio, la deuda externa y la militarización, como herramientas del imperialismo. El intelectual argentino ha recibido varias menciones honoríficas, entre las cuales destacan el Premio Libertador al Pensamiento Crítico por sus libros “El porvenir del socialismo” (2004) y “Las disyuntivas de la izquierda en América Latina” (2008).
¿Cómo enfrenta Argentina el peligro del fascismo?
Bueno, en mi caso, formo parte de la delegación que ha venido desde Argentina a participar de este importante Congreso Antifascista, y es particularmente impactante para los que venimos esta semana de Buenos Aires, porque la semana pasada se realizó en Argentina un congreso de la ultraderecha, en la cual estuvo Javier Milei, estuvo Santiago Abascal (España), estuvo José Antonio Kast (Chile), estuvieron todos los líderes de la corriente más derechista de Hispanoamérica.
Y el impacto es fuerte, porque aquí en Venezuela estamos en la antítesis de lo que yo vi en los medios de comunicación de Buenos Aires la semana pasada. Ellos tienen una agenda y nosotros tenemos la agenda opuesta, totalmente opuesta. En primer lugar, nosotros tenemos una agenda antifascista, y ellos tienen aproximaciones al fascismo de distinto tipo. Aproximaciones en el sentido de una aceptación de procesos fascistas en los distintos países, facilitando distintos tipos de violencias, facilitando acciones de grupos terroristas.
Como por ejemplo el intento de asesinato de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que estuvo motivado por el discurso de odio, de violencia que transmiten las redes de estos grupos. La ultraderecha allí en Buenos Aires estuvo haciendo una apología de la masacre de Israel en Gaza. La ultraderecha defiende la barbarie que se está viendo en Gaza en estos momentos, ese escenario indescriptible de bombardeos, de asesinato de niños, de destrucción de hospitales.
Y la ultraderecha reivindica todo eso. Nosotros acá, en Venezuela, estamos denunciando el genocidio contra el pueblo palestino, apoyando al pueblo palestino, haciendo una campaña semejante a la que se hizo contra el apartheid en Sudáfrica, apoyando el gran movimiento de indignación de intifada global contra la limpieza étnica de los palestinos. Es decir, por donde se lo mire, tenemos agendas distintas. Ellos están con la militarización de Europa, están por la continuidad de la guerra en Ucrania. Nosotros buscamos apuntalar formas de pacificación, forma de mediación, forma de terminar con esta presencia de la OTAN, desplazando misiles en todo el viejo continente.
Y ellos, la extrema derecha, la ultraderecha, tienen un programa de autoritarismo reaccionario. Esa es la modalidad en la cual se van aproximando a formas de peligroso neofascismo, semi fascismo, proto fascismo. Trump, por ejemplo, tiene el propósito de ejercer un control total de todos los poderes, disolver cualquier autonomía del Poder Judicial, del Poder Legislativo, controlar la prensa, controlar los servicios de seguridad, el mismo programa de violación de la Constitución que tiene Milei en la Argentina.
De hecho, ellos buscan cambiar las constituciones sin hacer reformas constitucionales. Imponer de hecho un nuevo régimen político esencialmente autoritario y utilizando el enorme poder de las redes sociales que se han convertido en el medio por el cual ellos desenvuelven su campaña. Trump, Bolsonaro, Milei buscan transformar su poder económico en poder político, y con ese poder quieren sostener sus discursos de odio a través de las redes sociales, porque han ejercido a través de la red X un nivel de violencia verbal totalmente descontrolada.
Y nosotros en esto estamos también en la vereda opuesta. Nosotros queremos regulación de las redes sociales y no convertir ese universo en una arena manejada discrecionalmente por los poderes hegemónicos. En ese sentido, hemos logrado una conquista importante: la libertad de Julian Assange, alguien que efectivamente ha ejercido la libertad de prensa. Eso se sitúa en nuestro campo, el campo de la democracia, el campo de la libertad.
Bueno, Javier Milei, el presidente argentino, dice explícitamente que la igualdad social es una aberración. Nosotros pensamos que la igualdad social, la justicia social, es un derecho a conquistar. Milei quiere que los ricos no sean gravados, que no haya impuestos para las grandes fortunas. Nosotros queremos reducir la brecha de la desigualdad con impuestos a las grandes fortunas, es decir, programas contrapuestos.
¿Cómo se expresa el fascismo en otras latitudes del mundo?
Ellos quieren volver al viejo nacionalismo reaccionario y endiosar un pasado glorioso de cada uno de sus países. “Hacer grande América”, dice Trump, “Volver a la era victoriana», dicen los promotores del Brexit, reconstruir el dominio hispano en América Latina, dice la derecha española contra las conquistas de los pueblos originarios. Ellos quieren restaurar el “Día de la Raza”. Ellos esencialmente buscan el sometimiento de los pueblos y buscan una opresión de los sectores más golpeados durante toda la era del neoliberalismo.
Le dijeron al trabajador pobre: “Tú eres el culpable de lo que te pasa por no competir, por no trabajar, por no ser eficiente. Estás desempleado porque no buscas empleo”. Como ese discurso se agotó o perdió fuerza, ahora viene la nueva derecha, la ultraderecha, y dice: “No, tú eres pobre, porque la culpa la tiene él de abajo tuyo”, no el de arriba tuyo, no es el que te explota, no el que te oprime, no el capitalista que se enriquece con tu esfuerzo y con tu trabajo. “La culpa la tiene el que está más abajo tuyo”, dicen ellos.
¿Y quiénes son los que están abajo? los inmigrantes en Estados Unidos, los mexicanos, los árabes, los africanos en Europa, los desamparados de América Latina. Contra ellos, la ultraderecha dice: “Punitivismo”, “Mano dura”… Bukele en El Salvador y Milei, Bullrich en Argentina.
¿Por qué atacan a Venezuela?
Lo que yo he visto en Venezuela es espíritu de resistencia, la decisión de resistir, la decisión de ponerse firmes frente al avasallamiento imperial. En Venezuela se juega el petróleo. Eso es lo central. Lo que el imperialismo quiere es el petróleo. A ellos si hay actas o si no hay actas, ese tipo de cosas, les importa poco.
Ellos quieren hacer de Venezuela lo que hicieron en Irak, lo que hicieron en Libia, demoler gobiernos con los cuales tienen tensiones y devastar un país. ¿Para qué? Para apropiarse del petróleo. Eso es lo dijo Trump con todas las letras, con un sincericidio Trump dijo: “Nosotros teníamos que habernos hecho dueños del petróleo venezolano”. Es eso lo que ellos quieren.
Entonces hay una doble vara permanente de los medios de comunicación. Ellos dicen que Venezuela parece ser el único país donde existen problemas en los sistemas electorales. Pero Bukele, ¿Dónde están las actas de Bukele? él dice que ganó por el 70% ¿Cuál es la verificación? En Estados Unidos hay un colegio electoral que no necesariamente otorga la victoria al candidato que ha obtenido la mayoría de los votos. ¿Y alguien consideró que ahí se viola la democracia? en un país que hay que recaudar fondos para ser candidato. Eso se llama plutocracia. El que tiene dinero puede ser candidato, él que no tiene dinero, nada. Ni una palabra en los medios de comunicación.
En Francia, Macron perdió las elecciones parlamentarias. Él tiene que cohabitar con el que gana las elecciones y no respetó esa voluntad popular. En España hay una monarquía ¿Y esa monarquía nos va a dar lecciones de democracia y de república a los países latinoamericanos? El sistema de votación por circunscripción electoral en Gran Bretaña, en Francia, distorsiona la proporcionalidad de los votos. ¿Algún cuestionamiento? Nada.
Entonces hay que ir al trasfondo de los problemas. El imperialismo quiere someter a Venezuela, quiere someter a América Latina para desenvolver una disputa con China, volviendo a retomar el control total de su mal llamado “patio trasero”, es decir, de lo que ellos llaman su patio trasero. Y bueno, acá hay resistencia, acá hay lucha, acá hay batalla.
Es la batalla que se dio en Bolivia y se derrotó a la derecha, la que condujo a la derrota del golpe de Bolsonaro, la que en Francia impidió el triunfo de Le Pen. Bueno, y ese es el camino a seguir. Y por eso es un gusto estar acá en Venezuela, en este Congreso, que estoy seguro que va a marcar un antes y un después.
¿Qué le ha parecido este 1er. Encuentro Mundial contra el Fascismo?
Es un comienzo de una articulación mayor de los movimientos populares de nuestra región para detener la oleada derechista, para frenar la oleada derechista y para batallar por nuestro ideal, por el ideal de muchos de los que estamos aquí. Porque el ideal de la derecha, la agenda de la derecha, es el capitalismo. Y por eso hablan tan mal del socialismo. Y bueno, no se han equivocado en eso. Su enemigo es el socialismo, porque el socialismo es el proyecto de igualdad, el proyecto de democracia, el proyecto de justicia.
Y te diría más: nuestro proyecto socialista es infinitamente menos utópico que la idealización del mercado y el imaginario de prosperidad capitalista que tienen Milei, Trump, Le Pen, Meloni y toda la ultraderecha del mundo. ¡Nosotros unidos venceremos!
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Micaela Ovelar Correo del Alba
