Conversamos con el dramaturgo Antonio Peredo en el 20 aniversario de El Bunker

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Escribió Alfredo Le Pera e inmortalizó Carlos Gardel en el tango “Volver” que “20 años no es nada…”, pero en realidad es mucho, sobre todo para un colectivo hacedor de arte en tiempos en que los vientos parecen correr en favor de la chapucería. Motivo por el cual El Bunker – Casa de Creación se ha ganado un sitial preferencial en las artes escénicas de Bolivia, y en la promoción de otras disciplinas, y suficiente para celebrar sus 20 años de vida y decidir tirar la casa por la ventana de la mejor manera en que saben hacerlo: brindando obras de teatro y danza a la comunidad, repartiendo belleza.

Para hacer un recuento de esta larga historia y de la cartelera 2024, junto a algunas actividades especiales de festejo y reflexionar sobre el arte, nos sentamos a conversar con el dramaturgo Antonio Peredo, fundador de esta institución esencial para La Paz.

Para este año han lanzado la propuesta teatral “20 obras por los 20 años”, ¿en qué consiste?

Efectivamente, como este año es el 20 aniversario de El Bunker, el principal programa que tenemos es el de presentar 20 obras teatrales. Claro, aparte de eso hay otras actividades como 20 obras de danzas, así como hay un ciclo de cine de animación infantil para trabajar con las comunidades educativas del barrio. O sea, tenemos varias otras intervenciones, lo que esa que señalas es la programación principal ya que El Bunker se ha caracterizado fundamentalmente por el arte escénico.

20 obras… ¿participan otras compañías de esta agenda?

Hay producciones que son propias, que teníamos en repertorio, mientras que hay otras que corresponden a presentaciones de grupos de Brasil, España y Argentina. Igual estamos trabajando en cuatro producciones nuestras, que estrenaremos en los próximos meses, algo realmente grandioso para la magnitud del teatro boliviano.

¿En qué etapa de desarrollo se encuentra la agenda?

Estamos casi en la mitad, en la octava obra, y esperamos en octubre completar las 20. Fíjate que, en este aniversario, estamos buscando cómo reunir no solo la historia y a la gente que ha sido parte de El Bunker, sino además a quienes desean ser parte de la nueva historia que queremos construir, la que vendrá.

¿Cuáles son esas cuatro obras de su autoría que estrenarán?

Ya hemos estrenado una llamada La batalla, que es un compilado de textos de Heiner Müller, dirigida por Marcelo Sosa. El segundo estreno será a finales de julio, se trata de Antígona Senkata, una versión del clásico griego que está atravesada por los sucesos de 2019. Y, bueno, la historia de Antígona es la de una mujer que no puede enterrar a su hermano… Este texto es de mi autoría, y será una producción de El Bunker.

El tercer estreno corresponde a una obra de un autor francés de los años 80 y 90,  Bernard-Marie Koltès, cuyo título es Combate de negro y de perros, y narra la historia de un nativo africano que reclama el cuerpo de uno de su pueblo a una empresa de construcción francesa. Eso lo estamos adaptando al contexto nacional.

El cuarto estreno es un proyecto que venimos desarrollando desde el año pasado, cuando hicimos una gira nacional con la obra Con las botas bien puestas, donde, en forma paralela a cada presentación, hacíamos talleres de escritura testimonial sobre violencia estatal contra la mujer, especialmente a partir de lo ocurrido en 2019.

¿Están adaptando esos testimonios?

Exacto, en base a ellos se está haciendo un texto nuevo y un colectivo de mujeres hará un montaje; mujeres que participan de nuestro espacio como otras artistas que desean acompañarnos en este proyecto. Ese texto, que emerge del proyecto “Construyendo memorias”, llevará por título Las rabonas.

“Se verá en el tiempo el impacto que pueda tener nuestra acción en la expresión artística en general”

¿Quiénes son las “rabonas”?

Las rabonas eran las mujeres que en las guerras por la Independencia acompañaban a los soldados en el campo de batalla. Estaban encargadas de aprovisionarlos, de darles comida, eran sus parejas; eran quienes llevaban las cosas que necesitaban los soldados. Por lo tanto, los soldados tenían donde llegar, con quien compartir, no estaban solos.

En algunos casos, durante la Independencia, hubo rabonas que lograron convertirse en combatientes. Y esto se fue popularizando en las siguientes guerras, como en la del Pacífico y la del Chaco, inclusive en otras guerras en América Latina. Las mujeres siempre han sido protagonistas en los conflictos bélicos, de modo que en países como Perú o Chile igual existió la figura de las rabonas.

¿Para cuándo tienen proyectado este estreno?

Para agosto o septiembre.

En general, ¿las obras se mantienen dos semanas en cartelera?

No, es un fin de semana para cada una de las 20 obras. En realidad, solo los estrenos tienen un tiempo preferencial de mayor cantidad de días con el propósito de que tengan más público que pueda apreciarlas.

Para el  viernes 19 de julio han anunciado una fiesta por el cumpleaños de El Bunker… ¿cómo es eso?

En conjunto con el Centro Cultural de España en La Paz (Ccelp) estamos haciendo una celebración de medio año, porque no queremos que nuestro trabajo sea “para adentro”, sino también “para afuera”; esto último implica generar lazos con otras organizaciones, espacios culturales y comunidades. La idea de hacerlo en el Ccelp nació a partir de decirnos: “trabajaremos con nuestros pares, con los colegas con los que estamos todo el tiempo”, y, por supuesto, para celebrarlo conjuntamente ya que lo entendemos como una fiesta del arte en general, que hace tanta falta…

¿Sientes que hacen falta momentos de festejos?

Siento que hay un cansancio y frustración del artista por hacer arte en Bolivia, que le cuesta demasiado y le es muy difícil, mucho más a las instituciones culturales, a los espacios dedicados al arte. Es tan grande el esfuerzo que necesitas hacer para continuar con tus tareas que hay una frustración permanente; por eso nuestra idea es que, a partir de este pretexto de los 20 años, podamos celebrar conjuntamente y dejar las frustraciones a un lado.

Es una cartelera muy ambiciosa…

Claro que lo es, son muy pocos los espacios culturales y teatros con tanta actividad, en general les cuesta mucho, es muy esporádica. Entonces lo que intentamos es dar un impulso y decir: “es posible hacer 20 obras, hay grupos y obras para ello”.

Con esto nosotros, si tú quieres, buscamos inspirar a otros a hacer lo mismo, a producir más, a multiplicar los espacios para que el arte se desarrolle.

¿Cómo ha sido la recepción de la gente en este primer semestre?

Ha sido un poco irregular. Para nosotros es muy claro que hay ciertas compañías, grupos y artistas que atraen más público que otros, aun cuando hasta ahora no ha habido una sola obra que hayamos tenido que suspender por falta de público, lo cual es todo un logro.

El teatro no es de las artes más masivas y atractivas para el público paceño y boliviano, por eso nos resulta muy bueno saber que hay un público específico y determinada constancia. Más allá de la cantidad de asistentes, nos centramos y evaluamos en base a quiénes vienen, por qué vienen y a qué vienen. Tenemos anécdotas muy bonitas en ese sentido.

Hay algo que me ha llamado la atención luego de asistir a algunas de sus obras, y es esa metodología que aplican al finalizar y que fomenta el compartir entre elenco y público. ¿Me puedes hablar de esto?

A eso lo hemos llamado el “acullico teatral”, y nace porque creemos que la gente no entiende del todo lo que hacemos, y que si no hay público para el artista es justamente por eso. Por ejemplo, tú vas a la calle y ves a una vendedora en un kiosko y sabes lo que está haciendo y lo que vende; lo mismo pasa en otras actividades. Sin embargo, cuando acudes a una sala de teatro no sabes exactamente qué está pasando ahí, las personas se imaginan todo menos lo que sucede. Por eso creemos que es clave que el artista pueda tener ese contacto con el público, para que entiendan qué se hace y por qué, para establecer una relación comunitaria.

Como te decía, si bien hay obras con artistas más o menos conocidos en el medio, hay otras que no, y en El Bunker nos hemos dado cuenta del valor que tiene el que el público pueda establecer un vínculo o una relación directa con los artistas, ya que, en última instancia, buscamos construir una comunidad alrededor de cada proyecto artístico.

“El arte es importante en el sentido en que ofrece una mirada a la que no somos capaces de acceder por nosotros mismos”

¿Puedes brindarnos una especie de balance de estos 20 años? Lo bueno y lo no tan bueno de una trabajo aparentemente tan difícil.

Es tan difícil como que son solo dos los espacios que en Bolivia tienen esa edad, nadie más: el proyecto mARTadero en Cochabamba y nosotros acá en La Paz. En consecuencia, 20 años es un logro que refleja que algo ha pasado, que no es gratuito ni efímero, tampoco una experiencia aventurera, sino que estamos construyendo algo valioso.

Respecto al balance, por un lado, debo decir que hay una comunidad de personas que trabajan en El Bunker y otras que han salido de aquí y se desempeñan en las artes en general. Ahorita tenemos un equipo de 15 personas, cifra nada común a nivel local, que laboran en distintas áreas, desde la administración, lo técnico y la parte artística.  Estamos construyendo una comunidad al interior de El Bunker, lo que nos brinda la posibilidad de decir que puede haber continuidad y no va a caerse mañana.

Por otro lado, es evidente que nos hemos convertido en un espacio de referencia en La Paz y en el país, la gente lo mira y aprecia. Esto más que darnos réditos económicos y de públicos nos impone una responsabilidad como artistas y gestores para con el propio arte.

Lo último que diría es que hay mucha gente y condiciones actualmente que son fruto de estas dos décadas y que permiten hacer cosas nuevas. Cuando hablamos de un espacio alternativo, innovador, que quiere crear un arte distinto o lo que  en su momento se llamó contemporáneo y que yo catalogaría ahora como “emergente”, diría que hay  condiciones para hacerlo, es decir, no hablaría de una reunión de artistas eventuales sino de un lugar donde ya se generan esas cosas nuevas. Pienso que se verá en el tiempo el impacto que pueda tener nuestra acción en la expresión artística en general.

Finalmente, ¿qué se encontrará la gente que asista a las próximas obras de El Bunker? Y, ¿cómo crees que puede aportar el arte en el momento difícil que atravesamos como sociedad y como país?

Primero, vamos desde lo pequeñito: las personas que asistan se van a encontrar con el flan casero y el anticucho, que son importantes para vivir una experiencia distinta de comunicación, de presencialidad, de conversación y de intercambio. No sobran lugares para hacer eso.

Segundo, las obras que vienen, sobre todo los estrenos, tienen nuestro sello. El Bunker en los últimos años tiene una marcada posición política, aunque no partidaria, y las próximas obras tienen ese tinte, lo cual no quiere decir que sean aburridas. Y aquí engarzo con lo último que me preguntas: creo que es imprescindible que la posición del artista no solo sea gremial (que tiene que tenerla, aunque igual está ausente en Bolivia por numerosos motivos), porque al quedarnos en eso le restamos poder al arte. Mira, el arte es importante en el sentido en que ofrece una mirada a la que no somos capaces de acceder por nosotros mismos; es esta relación de espejo que permite la autocrítica, la reevaluación de la sociedad. Sin el arte caminaríamos ciegos en la construcción social.

El gran síntoma de este tiempo es que el campo de la política está muy deteriorado, y en Bolivia está claro que hay una crisis política y que no hay referentes ni discursos ideológicos orientadores. También es muy evidente que el campo político no deja que la juventud tenga una voz, no hay una visión nueva y fresca de las cosas; y si visitamos los años 60 o 70 en todo el mundo las organizaciones políticas eran fuertes, para la juventud era el lugar en el que había que participar y ocupar para poder construir la sociedad como se la quería. Pero ahora no es así, por lo que nos preguntamos: ¿a quién vas a acudir en medio de tanta incertidumbre? Yo creo que el campo del arte es el lugar de la juventud hoy.

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Javier Larraín Jefe editorial

*Para hacer reservas y adquirir entradas en las próximas obras de El Bunker visitar:

https://www.facebook.com/elbunker.casa/?locale=es_LA

https://elbunkercasadecreacion.com/

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