Rituales y secretos para sobrevivir en «En agosto nos vemos» de Gabriel García Márquez

-

spot_img

¿Han creado rituales para cada cierto tiempo buscarse, volver a ustedes y sentirse algo más libres?

Yo sí, a veces los renuevo, a veces los descuido, pero procuro no olvidarlos, porque he entendido de su importancia y creo firmemente en que todas las mujeres deberíamos poder crear ciertos rituales para rescatarnos del tedio de la vida o para redescubrirla.

En este escrito les voy a contar de una novela que narra la historia de una mujer que se sumerge en un ritual inesperado, desafiando sus propias expectativas y abriendo la puerta a un mundo de posibilidades inexploradas. Todo eso en la cuarta década de su vida.

Y antes de empezar debo advertir que la novela que elegí esta vez tiene una excepción que si son lectoras concurrentes de mi columna merecen saber antes de que continúen, aunque el título lo anuncia por sí mismo. Fue escrita por un hombre, claro, no por cualquier hombre, para nada, pero de igual modo rompe con la tradición de mis reseñas que son de libros escritos por mujeres, cuestión que necesitaba advertir.

Una obra póstuma, un legado y una provocación al imaginario lector

A casi 10 años de la muerte de Gabriel García Márquez, el escritor y periodista colombiano, que dejó una huella imborrable en la historia de la literatura latinoamericana, se publicó su novela En agosto nos vemos,y en un acto de rebeldía hacia mí decidí leerla y hacerla parte de esta columna. Sentí ansias, porque al Gabo ha sido parte de mi autobiografía lectora. Me intrigó mucho conocer su última creación y me provocó el acto de traición de sus hijos que la publicaron cuando él se negó a hacerlo en vida. Acto que cada lector y lectora verá si perdona, olvida o ignora después de leerla.

De obligación protocolar a ritual, de ritual a un regalo de libertad

Ana Magdalena Bach no terminó sus estudios de Artes y Letras, pero nunca dejó de amar los libros, se casó con un hombre que amaba y tuvo hijos que deseó, pero en la cuarta década de su vida, tras la muerte de su madre, de manera inconsciente empieza a sentir un estancamiento de su vida interna.

Se sabe como la esposa reservada y correcta, y no era infeliz con ello, por eso quiere descubrirse como mujer libre, valiente, espontánea y, sin planearlo, solo con un impulso natural crea un ritual para permitirse experimentar esto.

Lo hace cumpliendo una obligación que se ha impuesto: visitar la tumba de su madre año a año, cada agosto, en una isla que queda a menos de seis horas de su ciudad, donde el Caribe se muestra abierto a sus ojos. Y quizá fue ese aire caribeño el que despertó en ella las ganas de buscar, de buscarse. Ya eran ocho años que cumplía con su promesa autoimpuesta de visitar la misma isla, el mismo cementerio, la misma tumba y con los mismos gladiolos, pero ese octavo año fue diferente.

Después de la rutina del cementerio se redescubrió mujer, le gustó y lo convirtió en ritual, su ritual. Cada agosto que siguió lo cumplió de distinta manera, pero lo hizo.

“Se sintió pícara, alegre, capaz de todo, y embellecida por la mezcla sagrada de la música con la ginebra”, narra el autor.

Es aquí donde, siendo atrevida –lo sé–, le diría al Gabo que me hubiera gustado conocer más de Ana Magdalena, de su mundo interior. Siento que lo esencial pasó muy fugaz y sin la profundidad que merecía nuestra protagonista.

De la idealización a la humanización del otro

Mientas ella se sumerge en los recuerdos de los días de agosto donde el mundo se resume a su ritual, el resto del año su vida “real” continúa y empieza a sentir y ver las cosas de otro modo, en su casa, a sus hijos, a su entorno y a su esposo con el que comparte la vida ya ¡27 años!

Conocemos algunos detalles de ese matrimonio, el autor solo nos cuenta los mejores, pero sabemos que compartir la vida con alguien durante tanto tiempo no contiene tanta perfección. Y Ana Magdalena lo va descubriendo, pasa de idealizar a su esposo a verlo como un humano con errores y con la capacidad consciente o inconsciente de lastimarla.

¿Cuánto idealizamos a las personas que amamos y que nos aman y con eso cuánto dañamos la historia? ¿Cuánto nos cuesta verlas humanas, menos perfectas, más reales?

Y es aquí donde con el mismo atrevimiento le preguntaría al Gabo: ¿fue el amor idealizado el tema central de toda su obra? Algunos dicen que sí, yo pienso que solo en parte; pero quisiera que él me lo cuente.

De la revelación de un secreto a la creación de otro

La protagonista encuentra en esa isla mucho más que un ritual de libertad que le cambia la vida; halla el secreto de su madre, y en este descubre las analogías que conectan sus historias. ¿Cuánto de su linaje femenino se manifestaba en su vida?  

Dice García Márquez: “Ana Magdalena se vio entonces a sí misma en el cajón abierto como en un espejo de cuerpo entero. […] No solo la vio como fue en vida, con su misma tristeza inconsolable, sino que se sintió vista por ella desde la muerte, querida y llorada por ella, hasta que el cuerpo se desbarató en su propio polvo final”.

Y así, ella decide que lo que ha descubierto, en lo exterior se queda en la isla, y en lo interior, solo en su corazón, sería un secreto que la madre muerta le contó a la hija que quería re-vivir.

¿Cuánto conocemos de nuestras madres? ¿Esperaremos a que estén muertas para conocer sus secretos?

Y, finalmente, ya habiendo perdido todo pudor frente al Gabo le diría: necesité conocer más de la madre, de sus heridas, de su forma de curarlas y del vínculo con Ana Magdalena.

Confesión de la autora

Debo confesar que tuve mucho miedo de escribir esta reseña, porque sé que hablar de un Premio Nobel de Literatura puede ser arena peligrosa, pero me atreví al darme cuenta de que respeto al Gabo igual o quizá menos que a todas las autoras que he leído y reseñado, y si no he sentido pudor de reseñarlas a ellas ¿por qué sentir miedo con él? Me negué a que la narrativa patriarcal de que los indómitos varones merecen mayor “consideración” o “respeto” en la literatura me envuelva. Así que si algún fanático del Gabo quiere refutar estas líneas, aquí estaré esperando los argumentos para responderlos uno a uno.

Autor: Gabriel García Márquez
Género: Novela
Editorial: Random House, 2024
Páginas: 120

____________________________________________________

Anahí Alurralde Molina Boliviana, feminista, escritora y cientista política

spot_img

Voces en Lucha

spot_img

Últimas noticias

Bolivia: la conjura de los necios

Bochorno y desazón, no de otra manera se puede conceptualizar el rifirrafe en la dirigencia del Movimiento Al Socialismo...

Con actos y movilizaciones, comenzó la campaña electoral en Venezuela

Con la vista fija en el 28 de julio próximo, las diferentes coaliciones políticas lanzaron ayer sus campañas electorales...

5 de julio, ratificación de la libertad y soberanía en Venezuela

5 de julio, 213 años de la firma del acta de Independencia, hecho que marcó el nacimiento de la...

Victoria histórica de los laboristas en Gran Bretaña

Se realizan las elecciones anticipadas en las que 50 millones de personas habilitadas en el padrón, eligen un nuevo...
- Publicidad -spot_imgspot_img

Los llamativos gestos del papa Francisco a Nicolás Maduro a días de las elecciones venezolanas

El papa Francisco, hizo en las últimas horas un cambio importante para América Latina en el Vaticano: nombró como...

El diálogo con Estados Unidos: un asunto de Estado

La anunciada decisión del presidente Nicolás Maduro Moros, de reiniciar las conversaciones con el gobierno de Joseph Biden, de...

Recomendados

El diálogo con Estados Unidos: un asunto de Estado

La anunciada decisión del presidente Nicolás Maduro Moros, de...

Decidirnos por la paz

De la paz, se podrían decir muchas cosas. Una...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí