Y los sueños cine son…

182

La carencia de apoyo financiero a las artes por parte del Estado es causa de descontentos y crítica permanente de los distintos actores del sector artístico y de un segmento de la población que reconoce a las actividades culturales artísticas como pilares del desarrollo social y económico de un país, como base de la identidad individual y colectiva y ejercicio humano fundamental para construir un entorno equilibrado de paz. El tan buscado Buen Vivir.

Aquella carencia es tan antigua como el país mismo, con escasos lunares que dieron la posibilidad de pequeños destellos, nunca constantes y menos que posibilitaran un desarrollo sostenido. Se requiere de una política de Estado que pueda trazar planes, programas y proyectos de desarrollo cultural artístico y una legislación que sostenga e impulse el fomento a las artes. Se carece de una ley de culturas, de las artes, y las normas vigentes en la materia, por su antigüedad, dejaron de tener actualidad.

Se suele decir que el cine es la ventana de un país y en el último tiempo ha puesto a Bolivia en la escena mundial. Utama se ha convertido en la obra más premiada en la historia de nuestro cine, en punta de lanza del llamado “boom del cine boliviano”, acompañada por El Gran Movimiento, El Visitante, El Disco de Piedra, La Conquista de las Ruinas, Cuidando al Sol, Sirena y Gaspar, todas ganadoras de premios, menciones honoríficas o seleccionadas para programaciones oficiales de festivales en el mundo.

Otras no han tenido circulación internacional, pero han nutrido las salas locales, como Mi Socio 2.0, una de las más taquilleras, el rescate patrimonial de Cómo Duele ser Pueblo, Pseudo, 98 Segundos Sin Sombra, La Casa, El Novio de la Muerte y Ginger’s Paradise.

Estas películas no solo han propiciado espacios de disfrute, importantes para el Buen Vivir, sino también son fuente de recursos y empleos.

Estas 15 películas son fruto de una política pública efímera pero efectiva, ya que recibieron financiamiento estatal. Cuando estos lunares aparecen es cuando se reconoce que es obligación del Estado el fomento a las artes, lo cual es verdad, aunque es de nobles igualmente reconocerlo cuando se cumple con esta obligación. Demostrado está que la cultura no es un gasto y que el Estado y los agentes culturales deben articularse para crear fondos de fomento y sostenibilidad.

________________________________________________________

Enrique Claros Boliviano, gestor cultural

1 COMENTARIO

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí