El 24 de junio de 1821 se cumplía el juramento de El Libertador Simón Bolívar, cuando en el Monte Sacro expresó no darle descanso a su brazo hasta no romper las cadenas que nos oprimían por voluntad del poder español. Así nace Carabobo, como gesta libertaria que culmina con el coloniaje que implantó España por más de 300 años. Carabobo es la conjunción del aprendizaje de la guerra, bajo las características de una forma única de hacerla. La guerra asimétrica es la mención más importante.
Fue la denodada actuación de la primera división de José Antonio Páez, formada por los batallones Bravos de Apure, el batallón Cazadores Británicos y siete regimientos de caballería. Era la intrepidez de los llaneros. La segunda división del General de División Manuel Cedeño y los batallones Tiradores y Vargas, un escuadrón de caballería. Mientras que Ambrosio Plaza, comandaba cuatro batallones: El Rifles, Granaderos de Colombia, Vencedor de Boyacá y el Anzoátegui, completado todo por un regimiento de caballería. Fueron seis mil patriotas que lucharon a sangre y fuego para derrotar a Miguel de La Torre y un personaje siniestro que fue recibido en Barcelona, como pulpero, para luego traicionar ese calor oriental, cuando se convierte en lugarteniente de José Tomás Boves. Ese era Francisco Tomás Morales.
Indistintamente a la conformación matemática de las fuerzas patriotas, es evidente que se dio una lección de dignidad. España siempre consideró a nuestros compatriotas como montoneros. Pero el desarrollo de la lucha militar, con la derrota del batallón Valencey, le dijo a la “madre patria” fuera de nuestro territorio.
El Libertador Simón Bolívar, cumplió con la profecía de romper las cadenas del imperio español. La experiencia en el campo de batalla tejió en el padre de la patria un vasto conocimiento sobre el uso de los elementos bélicos. Entre ellos, la utilización de las fuerzas con el objeto principal de reunir las operaciones militares bajo el contexto de sitiar al enemigo. La mencionada estrategia sirvió para coronar con éxito la batalla de Carabobo en 1821.
A 201 años de la más importante batalla que generó la independencia y la soberanía venezolana, nos corresponde mantener la lucha contra otro imperio que se cree infalible. Pero ningún imperio ha sido eterno. Más temprano que tarde, se romperá la cadena que comunicacionalmente nos pretende arrodillar al imperio gringo. Unidad, lucha, batalla y victoria.
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William Gómez García Periodista venezolano
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