Su hermosa voz de barítono ha recorrido diferentes estilos en la música. Pero, si hablamos del sonido oriental, su tesitura ha registrado en el imaginario venezolano la mayor variedad sonora, donde la brisa y el mar forman el color de su sonoridad oriental.
Nacido en el estado Sucre el 12 de julio de1947. A sus 75 años cuenta con 49 años de carrera artística, tiempo en el cual ha recorrido todos los escenarios del país, donde mantiene su popularidad con canciones que grandes y chicos, por lo menos alguna vez, han tarareado. Temas como: Cuerpo cobarde, La carta, El calamar y Ladrón de tu amor, este último, un bolero tema principal de la telenovela Leonela.
Del conocimiento de su abuelo, luthier de instrumentos de cuerda en Sucre, su madre y su padre músicos, dio inicio al amor por las melodías. Gran parte de su adolescencia y juventud la vivió en la ciudad El Tigre, estado Anzoátegui, donde participó en la coral de la Escuela Briceño Méndez y en la Escuela San Antonio de Padua tocó la mandolina.
En época de universitario se acercó al repertorio latinoamericano, combinando sus conocimientos de ritmos tradicionales del oriente con cantos de protesta y trovas en el cual incluía a Atahualpa Yupanqui y Mercedes Sosa, entre otros.
Desde Monagas, estado oriental conversamos con nuestro amigo, el Pichón.
Usted es uno de los referentes más importantes de la música oriental y del canto venezolano, toca el cuatro, mandolina, guitarra y el piano. ¿Cómo se inició en la música?
Comencé en la música a muy temprana edad. El primer regalo del niño Jesús fue un violín. Mi papá siempre quiso que yo fuera músico, pero después no quería que lo fuera. Una cosa contradictoria, que estudiara. Mi abuelo era luthier, mi papá me enseñó las primeras notas del cuatro, mi mamá también tuvo mucho que ver, mi abuela era poeta. Esto me viene en los genes, pero también por haberme mantenido al lado de mi mamá que era música.
¿A qué músico o cantante admiraba cuando niño?
Desde pequeño admiré siempre a Alfredo Sadel, son recuerdos muy bonitos.
Ha vivido en varias ciudades de Venezuela. ¿En cuál ciudad están los músicos con que le gusta compartir y cantar?
Primero he vivido en el pueblo que me vio nacer, El Pilar, estado Sucre; luego en El Tigre, estado Anzoátegui. Después, me fui a Mérida a estudiar en la Universidad de Los Andes, luego en Caracas, donde estuve por más de 37 años y actualmente vivo en Maturín, estado Monagas. Los músicos, afortunadamente los encuentra uno en cualquier parte de Venezuela porque están regados y todos de muy buena calidad.
Un oriental en la universidad de Los Andes. ¿Cómo fue la decisión de la universidad o el canto?
Yo fui a estudiar en la Universidad de Los Andes, porque ahí mi hermano se graduó, era médico y además profesor en la universidad, se nos fue el año antepasado… Tengo con la universidad y el pueblo de Mérida una gran afinidad por todo cuanto viví en esa época, unos años de mi vida muy preciosos. Allí comencé a cantar, a dar serenatas, yo era músico desde pequeño, pero no era cantante y dando serenatas empecé a hacer mi repertorio de música romántica.
Usted es conocido como el cantante de la voz del pueblo, otro seudónimo cariñoso con el que se le conoce es “El Pichón” ¿Después de su larga y fructífera trayectoria sigue siendo el pichón?
La música venezolana la conocí desde pequeño porque acompañaba a mi abuelo y a mi papá a las haciendas de cacao y con los músicos campesinos, me empapé de la musicalidad. También conocía la música de Luis Mariano Rivera, quién me bautizó como “el cantor moderno de la voz del pueblo”. Yo le pregunté: ¿por qué así? ¿por qué tomas esa expresión y no solamente del pueblo, pues? Y me respondió: porque no me puedo tomar atribuciones que son del pueblo, tendría que someterlo a votación mientras que puedo, como poeta, decirte “cantor de la voz del pueblo” porque tú eres como el pueblo, tú hablas y cantas como el pueblo, tú eres pueblo. Eso me satisfizo mucho y hasta la fecha estoy orgulloso de ser reconocido como tal por, Luis Mariano Rivera, nada más y nada menos. Un carupanero de la estatura de Luis Mariano, y eso es una responsabilidad.
Ha pasado por varios géneros musicales, y su voz ha destacado con brillantez. ¿Cuál es la etapa de su carrera que más ha disfrutado y marcado su vida en positivo?
Como ya he contado, comencé mi carrera musical a temprana edad, con música de Venezuela y después, en Mérida, dando serenatas con música romántica de ahí dominé los dos géneros. Aunque la etapa de Mérida es la que más he disfrutado, todas me han dado una enseñanza de vida, todas me han dejado algo positivo, pero también he aprendido de mis fracasos, que he tenido bastantes, como todo ser humano que tiene sus debilidades. No puedo dejar de hablar de la etapa de mi alcoholismo que fue muy agria, pero siempre supe estar a la altura del compromiso que se me presentaba, gracias a Dios.
MÚSICA │ Oriente es otro color – Cecilia Todd y Gualberto Ibarreto (Letra: Henry Martínez)
Muchos músicos y cantantes han interpretado las canciones que usted popularizó por décadas. En la actualidad hasta en música electrónica se interpretan. ¿Qué piensa de ese tipo de música con la que la juventud, actualmente, baila sus canciones?
La música actual, el reggaetón, a mí no me gusta. Lo encuentro agresivo, falta de respeto y musicalmente es muy pobre, podrán decir que el Rock y ese tipo de música también fueron lo mismo prácticamente, pero había más musicalidad, sobre todo en las canciones de los Beatles, Fred Perry, Bee Gees, Rolling Stones, fue una etapa, un movimiento muy bonito, fue otra cosa.
Los venezolanos siempre hemos tenido calidad humana para recibir la música de otros países. He sido abierto a la Música Clásica, al Jazz, al Rock, disfruté mucho del Twist y del Rock. Soy melómano hasta la muerte. Todos los movimientos culturales que nos han marcado, y que hemos adoptado, son parte de nuestra identidad también.
Ya con nuestra manera de ser y con lo diverso de nuestros orígenes, pienso que somos internacionales. La música venezolana no ha sido tan internacional porque es difícil tanto de ejecutarla, de interpretarla y hasta de comprender.
Se habla de la contracultura y de la construcción de gustos y maneras foráneas en el imaginario del país. ¿El vestuario con su franela a rayas, el sombrero de cogollo y su música pretenden sentar bases para la identidad nacional?
Mi estilo de vestir para mis presentaciones representa al pueblo, especialmente a los pescadores, por eso uso la franela que me identifica con mi pueblo. Claro que un cantante de folklore se puede vestir de gala para una presentación, pero el pueblo en su sentir es sencillo y eso es lo que yo represento. Esta vestimenta siempre la utilicé, inclusive cuando iba para el campo con mi abuelo y con mi papá, cuando presentaba mis Diversiones también (manifestaciones culturales orientales). En la escuela primaria, allí aprendí “El pájaro Guarandol”, “El Chirigüare”, “El Sebucán”, “La burriquita”, “La lancha Nueva Esparta” y todas esas diversiones, dese allí me identifiqué con ese vestuario, desde muy pequeño.
Durante muchos años usted había estado distante de la política. Siempre fue discreto, en público, sobre ese tema.
Yo estuve en la política, pero como independiente y por eso estudiaba economía porque pensaba dedicarme a la política. Siempre tuve inclinación por los problemas sociales de mi país y en general, pero no me pronunciaba políticamente, aunque hice campaña con Carlos Andrés Pérez, fui amigo de él, pero nunca fui de Acción Democrática (partido político). También fui de izquierda, pero no me pronuncié públicamente en política. Fui dirigente estudiantil tanto en el liceo como en la universidad, pero siempre independiente, así que al respecto no tengo mayor cosa que decir.
He sido crítico cada vez que me parece conveniente reconocer que hay errores y que se cometen errores. Tengo mi punto de vista, pero no lo hago público, porque dejé de interesarme en política cuando me dediqué por completo a la música. Dicen que los artistas no deben ser políticos. Los artistas también tienen su identidad nacional y tienen derecho a opinar, pero a mí no me interesa la política porque la conozco por dentro y sé que es muy sucia, muy asquerosa, propiamente dicho.
Usted tiene un lugar en el cancionero nacional, un reconocimiento bien ganado en el pueblo venezolano por sus interpretaciones. ¿Qué significa ser reconocido como patrimonio cultural viviente de Venezuela?
Yo siento un gran agradecimiento con el pueblo venezolano, ser reconocido como Patrimonio Nacional es un gran compromiso y me llena de una gran alegría, pero, sobre todo, un gran compromiso. Lo que yo he querido sembrar en mi país, a través de mi música, es amor.
Usted ha grabado con varios de las y los cantantes venezolanos. ¿Con quién le hubiera gustado, o le gustaría grabar un tema musical?
Yo he grabado con: María Teresa Chacín, Toña Granados, Reyna Lucero, Serenata Guayanesa, Simón Díaz, Juan Carlos Salazar, Cecilia Todd, Héctor Medina, El Cuarteto, en este momento no recuerdo otros, pero siempre he estado muy unido a esas personas y a esos grupos. ¿Con quién me hubiese gustado cantar? pues con Reynaldo Armas, con Un Solo Pueblo, con Francisco Pacheco, con el maestro Juan Vicente Torrealba, con sus canciones aprendí mucho estando en primaria y en secundaria, me hubiese gustado cantar con Héctor Cabrera, Alfredo Sadel, a quién admiré mucho. Con Manzanero, que trabajé con él y canté canciones de él y así pichón (risas).
Sabemos que Sucre, como todo el oriente venezolano son estados de fiesta muy alegres. ¿En cuál ciudad del país ha tenido las mejores parrandas de su vida?
Las mejores parrandas de mi vida pichón, han sido en el estado Sucre y en El Tigre Anzoátegui, pero en Mérida fue dónde aprendí a cantar. Dando serenatas aprendí a cantar, no tuve estudios formales ni de canto, ni de música. Siempre fui de buen oído, de buena guataca, como se dice.
Las misas de aguinaldo las disfruté muchísimo y las parrandas de aguinaldo y año nuevo y todas esas cosas, eso fue para mí, mi vida.
¿Qué planes tiene Gualberto para los próximos años?
Entre mis planes para el próximo año está grabar uno, dos o tres discos más, porque ahorita es más difícil manejarse con las redes, son muchos los inconvenientes con la señal de internet. Aunque gracias a Dios tengo a mis hijos que me ayudan con esa parte. Esos serían mis planes para el próximo año y antes de que me vaya pues, pero seguiré cantando hasta el último suspiro, hasta donde pueda.
Un mensaje final para esa gente que lo ama en toda Venezuela.
Estoy muy agradecido con Correo del Alba y contigo Tony porque me han dado la oportunidad de dirigirme a sus seguidores y doy las gracias a mi pueblo por el cariño que me ha tenido siempre. Gracias, gracias, muchas gracias.
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Tony González Artista venezolano y miembro de Correo del Alba en Venezuela
