EXCLUSIVO │ Nina Uma, la warmi de fuego y agua del hip hop boliviano

-

Nina es compositora, luchadora social, feminista y cantante rapera, en la ciudad de El Alto surgió y se desarrolló a plenitud como artista. Su esencia y personalidad brotan dentro y fuera del escenario, con unas letras críticas, sociales, feministas, anti-patriarcales; además, con su vestimenta conjuga la irreverencia con lo tradicional, pollera, una larga cabellera que tejida o suelta resalta sus raíces negras e indígenas.

En  entrevista exclusiva para Correo del Alba, Nina nos muestra su lado humano, la visión de un pensamiento transversal a la inclusión, a lo colectivo, como una forma total de crear lazos-tejidos que puedan fortalecer los caracteres de las nuevas generaciones, forjando mujeres y hombres nuevos.

Lo que ha logrado con este género, cuyas características están precisamente enmarcadas en la lucha social y anti-sistema, es sintetizar su lucha interna con denuncias que van desde la violencia de género, la desigualdad y discriminación social, hasta su lucha social y política, posicionándose como una de las pioneras en incursionar en este tipo de música en Bolivia, logrando  conjuntamente fusionarla con ritmos bolivianos, continuando con la estirpe rapera dejada por Ukamau y Ké.

Cuéntanos de los inicios de tu carrera artística, ¿qué te motivó a incursionar en el hip hop? Me gustaría que dieras también una explicación de tu nombre.

Bueno, creo que incursionar en el hip hop tiene que ver con lo que es un proyecto de vida. Mi proyecto de vida considero que está articulado a la comunidad, al barrio, a la sociedad, y tiene que ver con el cómo podemos empezar a restablecer el equilibrio, y creo que ahí la música, en este caso el rap, el hip hop, me ha brindado una infinidad de cualidades; me he podido comunicar a través de la música solo con mi voz, porque este género así lo permite,  no necesariamente tiene que ser con bandas, no necesariamente tiene que ser con micrófonos. Además, el hip hop, el rap, es uno de los pocos géneros que te obliga a componer y eso ayuda a que cada quien dé su mirada, su perspectiva, sus palabras.

Mi nombre viene de dos voces aymaras: “Nina”, que es fuego, y “Uma”, que es agua.

La influencia de Ukamau y Ké y la pérdida de tu compañero de labores…

Definitivamente es una de las fuertes influencias que tengo dentro de mi propuesta musical, he conocido a Ukamau y Ké por mucho  tiempo. Abraham Bojórquez ha sido mi compañero durante cinco años y de él he aprendido varias cosas, porque juntos revisábamos las letras, juntos escribíamos a veces sus letras, y eso de cierta manera me ha ayudado porque ha sido lo primero que he conocido de rap.

Y su partida, sin lugar a dudas, ha sido uno de los hechos más dolorosos que me ha tocado vivir, uno de los hechos que cuando me acuerdo me vuelven a llenar los ojitos con lágrimas. Es como una fuerza que está ahí, que me vuelve a conectar con el rap y el hip hop.

Aparte de cantar mis canciones, también canto las canciones de él. Aunque en el mundo del rap no está permitido hacer covers, yo me tomo ese atrevimiento porque son canciones y composiciones que son muy importantes.

¿Cómo ha crecido Nina Uma, te ha tocado construirte a ti misma todos estos años en una sociedad arraigada a su cultura tradicional?

Creo que en realidad no solamente Nina Uma, sino todos, todas, todes, somos un pedacito de lo que nos rodea, nadie es brillante porque quiere, sino que tiene todo lo que nos alimenta alrededor, varias de mis discusiones, de las reflexiones que están plasmadas precisamente en las canciones, tienen que ver con el tejido de cultura viva comunitaria, con la Wayna Tambo, con la Red de la Diversidad, con lo que pasa en la ciudad de El Alto, en La Paz, con lo que ocurre en nuestras calles, con lo que se vive día a día, así cada una, cada uno de nosotros, somos parte de este proceso de crianza colectiva y prefiero entenderlo así.

Mi abuela es uno de los referentes súper grandes, ella hablaba muy bien aymara, ella era de Sorata, pero se vino muy jovencita aquí; mi papá habla muy bien aymara, así que yo tengo esas raíces. Parte de mis abuelos maternos, mi abuela venía de la región quechua de Betanzos, y mi abuelo era afrodescendiente peruano, igual se vino jovencito a Potosí y se encontró con mi abuelita. Todas esas matrices culturales, esas raíces, terminan alimentándonos, y en mi caso lo que yo hago es plasmarlo en la música.

¿Cuáles han sido tus avances, satisfacciones, frustraciones a lo largo de carrera?

Bueno, es como complicado hablar sobre mí, los avances, satisfacciones, frustraciones… es un poco complejo así como apuntar toditas, pero me alegra mucho que a partir de la música haya llegado a lugares en diferentes países, alguna vez llegué con mi música a Caracas, a Argentina, Perú, México. Ahora, con la música en plataformas, a partir de los reportes, hay gente que escucha en Rusia, África, Europa, al norte de este continente, es increíble la capacidad de la música, para mí es una satisfacción viajar más allá de donde yo podría llegar, y eso me parece grandioso, porque veo cómo las canciones van compartiéndose, van interpelando, impulsando debates, despiertan reacciones.

Una de las frustraciones es el tiempo, quiero hacer mil cosas y me limita el tiempo, en eso quisiera que los días fueran más largos para poder tener tiempo de hacer todas las cosas que quiero.

Una rapera feminista, una activista, te ha tocado atacar mucha de la problemática social que hay en Bolivia, pero tu voz ha sido, junto al de otras mujeres, un llamado a la discusión, a poner en el tapete temas sensibles y polémicos como la violencia de género, cuéntanos de eso.

Bueno, mira, si he tenido la oportunidad, respecto a esta pregunta que me pones de  por qué hablar de estas temáticas, de temas sensibles y polémicos como la violencia de género, es porque soy mujer de ahí y nos toca, tarde o temprano toca, y si no fuera mujer creo que igual me atrevería a hablar sobre estos temas, porque somos parte de lo colectivo, lo comunitario, eso tiene que ser nuestra fortaleza.

Hay un tema no solamente acá en Bolivia, sino en todo el mundo, sobre la defensa de los derechos de las mujeres, que está asociado a toda una estructura cultural, económica, política, social y tenemos pues que aportar desde donde estamos ocupados, con la profesión u oficio que hagamos, abogados, ingenieros, cantantes, teatreros, lo que sea y desde donde estés, en desmontar estructuras como el patriarcado, como el capitalismo y empezar a construir otras cosas.

Creo que ahí no alcanza con solamente nuestros gobernantes, el Estado mismo, porque el Estado de por sí ha sido construido con esas estructuras capitalistas, muy patriarcales, con estructuras coloniales, así que cuando tenemos un gobierno progresista, uno que podría estar más en la línea de todas estas luchas, hay que apoyar, proponer, articular, seguir pinchando para que las cosas se hagan y esto tiene que ver con un sentido de corresponsabilidad que tenemos entre todos y entre todas.

Una de las estrategias que utiliza más el sistema capitalista para que las cosas no cambien fácilmente es que nos hace creer que tiene que venir algún superhéroe, que tiene que venir un residente que va a solucionar el mundo, el país, tu ciudad, tu barrio, y eso no va a pasar, porque no alcanza con la fuerza de una sola persona, son simples mortales como nosotros. Nuestras autoridades tienen aciertos, contradicciones, debilidades, por eso que entre todas y todos hay que generar fuerza, movimiento para transformar y cambiar las viejas estructuras.

Labor social y artística en Wayna Tambo…

Lamentablemente debe ser que hace unos tres a cuatro años ya no estoy siendo parte del equipo, sin embargo, siempre estoy cerca de ellos, organizando alguna que otra cosita, aunque no con la con la fuerza que cuando estaba trabajando ahí directamente. Pero puedo decir que este es un espacio que alimenta mucho a nuestros procesos personales y colectivos, así que cariño para la Wayna.

¿Hay discriminación y desigualdad de oportunidades en el mundo artístico?

Claro, pero yo me atrevería a preguntar ¿en qué espacio no hay discriminación y desigualdad?

El mundo del arte y la cultura no es uno de los que podría salvarse de esta situación, pero eso no impide que se creen otras redes,  otras estrategias, frente a toda una industria musical enorme que se tiene en el planeta, pues está también ahí nuestra trinchera de la articulación,  del tejido social, de espacios culturales,  centros culturales como el Tejido de Cultura Viva Comunitario, del cual es parte la Wayna Tambo, la Red de la Diversidad y varios centros colectivos en Bolivia y Latinoamérica que permiten que nuestras propuestas se vayan difundiendo, y a través de estas redes podemos seguir construyendo y tejiendo.

¿Cómo lograste subsistir al golpe de Estado?

Esos momentos han sido muy duros, muy tristes, porque llegaban amenazas, evidentemente. Aunque no he tenido un enfrentamiento cuerpo a cuerpo, se podría decir que sí tuve por las  redes sociales, donde había todo un círculo de amenazas, una estrategia de atemorizar a las personas; era muy triste estar aquí en la ciudad de El Alto, con todos los medios de comunicación en contra, con el descaro de esas noticias que hablaban de nuestra ciudad, era realmente indignante.

Pero, así como había ese lado, teníamos a los tejidos, las organizaciones, la gente misma con quien charlabas en el día a día, con quien te encontrabas, con las caseritas en las ferias, así que se contaban, porque ellas servían de informantes, charlar con ellas era el otro lado de la moneda; hallar la fuerza en el otro, en la otra, en la gente de a pie que de boca en boca te traía otra información, era muy importante.

Indigna saber que a estas alturas de la historia de la humanidad todavía podamos ser víctimas de estrategias que no tienen que ver solo con sectores conservadores del país y sí con una mirada estratégica más grande, con elementos geopolíticos dentro de la Región, con disputas a nivel mundial de quienes quieren “seguir teniendo los hilos sobre el mundo”. Por suerte, ahorita en Bolivia estamos viviendo otros tiempos, se está tratando de volver a construir lo que han destrozado en tan poco tiempo y solo queda seguir para adelante.

________________________________________________________

Nahir González Correo del Alba

Juan José Peralta Ibáñez
Fotógrafo documentalista, fotoperiodismo, naturaleza, video, música

Últimas noticias

La Revolución africana llega a Portugal: 50 años de la revolución de los claveles

Un soldado raso corre con su gorra mal puesta, su fusil al hombro se tambalea. Atraviesa el patio central...

Política con ética

Actualmente, se extiende en el mundo una narrativa que afirma que ya no existen fronteras entre las izquierdas y...

La democracia comunal y el cambio de paradigmas

Como veedor internacional el pasado domingo 21 de abril tuve el honor de ser testigo del desarrollo de la...

Venezuela debe defender su soberanía económica frente a Estados Unidos

La decisión del gobierno  imperialista de Estados Unidos de mantener las medidas coercitivas ilegales MCI, (falsamente llamadas "sanciones") reemplazando ...
- Publicidad -spot_imgspot_img

Sobre la Ley 348 y los vientos de contrarrevolución

Los vientos de la revolución social siempre vienen de la mano de la inconformidad, de la capacidad de salir...

Exclusivo │ Aminta Beleño, una escritora “binacional” colombo -venezolana

Tras las huellas del gen maldito está entre los 160 títulos que propone Venezuela en la 32 versión de...

Recomendados

Política con ética

Actualmente, se extiende en el mundo una narrativa que...

19 de abril de 1810: la derrota de los empresarios guipuzcoanos

Este 19 de abril ya son 214 años de...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí