El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, se pronunció con respecto a los juicios que se sigue a los golpistas en Bolivia, que impregnaron de muerte y dolor por 11 meses al pueblo boliviano, a través de un mensaje donde pidió a las autoridades del país “aunar esfuerzos para dialogar y el debido proceso con transparencia”. Su actitud da cuenta de lo enajenada que está esa organización que representa intereses de quienes se creen los amos del mundo y cuestiona el accionar de un gobierno legítimo electo en las urnas y que ganó por mayoría absoluta 55,10%.
Estará el señor Guterres enterado de todos los detalles del proceso que lleva a cabo la justicia boliviana, da la impresión de que no. La derecha golpista denuncia irregularidades en el juicio contra Áñez, una de ellas es afirmar que: al ser expresidenta le corresponde un juicio de responsabilidades y no un juicio ordinario al que está siendo sometida. Sin embargo, el primer delito que cometió la señora Áñez fue su autoproclamación, sin quórum ni documentación que respalde su nombramiento que fue inconstitucional sin apego a la línea de sucesión.
Ahora lo que sale a la luz en los procesos da cuenta que no solo fue un golpe gestado por la derecha del país en las elecciones de octubre de 2019 con comparsa de la Organización de Estados Americanos, sino que recibieron ayuda de la derecha internacional, entre los ayudistas para derrocar al presidente en funciones Evo Morales está su homólogo en ese momento Mauricio Macri. La OEA y la ONU deberían también pedir perdón, como lo hizo el presidente argentino, Alberto Fernández, al pueblo boliviano por tanta ignominia, sin contar con el desprecio e irrespeto de los tratados internacionales en materia de no injerencia, expulsión de cuerpos diplomáticos, y un largo etcétera que debe ser investigado para que nunca más se repitan estos hechos en Bolivia ni el mundo.
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Pilar Orellana Socióloga y analista internacional
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