Sebastián Michel: «Hay un sentido común de que Áñez tiene que irse»

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Por Correo del Alba

Exviceministro de Comunicación y exembajador de Bolivia en Venezuela durante el gobierno de Evo Morales, el abogado Sebastián Michel además forma parte del comando de campaña presidencial del binomio del Movimiento Al Socialismo (MAS), Lucho-David, y para hablar de la coyuntura política por la que atraviesa Bolivia en exclusiva dialogó con Correo del Alba.

Las movilizaciones, iniciadas con el objetivo de respetar la fecha de las elecciones para el 6 de septiembre, han cambiado la demanda y ahora exigen la renuncia de Jeanine Áñez. En caso de lograrlo, ¿cuál sería el camino constitucional por seguir?

La renuncia de Áñez tiene dos dimensiones, hay una muy fuerte demanda de bloques de derecha que quieren su renuncia porque saben que la presencia de ella en campaña hace mucho daño a todo el bloque golpista de noviembre de 2019. El deterioro en la economía, la mala gestión de la pandemia, los escándalos de corrupción, han hecho que Áñez sea una mala marca al momento de ir a una elección y el pueblo siente que es urgente que renuncie ya no de la candidatura, sino de la presidencia, porque realmente los resultados en la economía son catastróficos y las violaciones de los Derechos Humanos son evidentes, se ha pronunciado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), se ha pronunciado Naciones Unidas, Human Rights Watch, incluso organizaciones muy conservadoras de derecha se han manifestando contra la violación sistemática; entonces ahí hay un sentido común de que Áñez tiene que irse.

Nosotros, como MAS, pensamos que tiene que irse con la fuerza de las urnas. Tenemos mucho miedo a que una persona que ha llegado con el 4% y muy poca legitimidad a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), termine volviéndose un comodín como Guaidó. Que justifique que Bolivia se quede con cuentas internacionales congeladas, que nos roben las reservas internacionales en oro que tenemos en otros países. Hay mucho temor de que se pueda utilizar una salida de Áñez por la vía popular, de la movilización y que, al final, algunos países decidan nombrarla la presidenta legítima que ha llegado con una masacre, con un golpe, de forma poco constitucional, pero que sea utilizada para atacar al país.

En relación a que los militares realicen un golpe de Estado en Bolivia, es siempre una probabilidad, está muy arraigada una tradición golpista en Bolivia; sin embargo, creo que las condiciones internacionales y económicas no van a dar para eso; yo veo mucho más, en el caso de una convulsión, un repliegue de la Policía y de las Fuerzas Armadas que un golpe militar.

«Tenemos mucho miedo a que una persona que ha llegado con el 4% y muy poca legitimidad a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), termine volviéndose un comodín como Guaidó»

Actualmente los movimientos sociales tienen además que enfrentar a los grupos de choque paramilitares, ¿es un elemento nuevo de represión? ¿Cuál es la posición del movimientos social frente a este tipo de grupo civil armado?

El fenómeno del paramilitarismo en Bolivia no es algo nuevo, no se olviden que en los 70 hemos tenido pandillas muy arraigadas que han estado vinculadas al golpe de Banzer, que han participado, y también grupos paramilitares en el golpe de García Meza. Entonces, el paramilitarismo es una realidad y hoy en día lo tenemos con características racistas, ellos mismos se filman cuando agreden a mujeres de pollera, lo ven como un éxito, “vocerean”, ellos mismos están uniformados y financiados por el Ministerio de Gobierno.

Hay un temor muy fuerte y el bloque popular está consciente de que no solamente tiene que enfrentar la represión de la Policía y del Ejército, sino también los excesos de grupos fascistas paramilitares que están operando ya desde el año pasado en Bolivia.

El gobierno de facto implementó la cuarentena al poco tiempo de que el Covid-19 se instalara en la región, ¿por qué si el confinamiento fue temprano los casos se han elevado exponencialmente en el último tiempo?

En relación con la cuarentena, es un tema muy complicado porque no solamente es la cuarentena –esta es una medida más de las que han estado en un paquete grande de reacción de los gobiernos y los Estados hacia el Covid–. El caso de Bolivia es emblemático, hemos entrado a una cuarentena de manera prematura, cuando teníamos 15 casos, una cuarentena de más de 100 días que ha dañado totalmente la economía y de repente, por presión empresarial, cuando teníamos casi 40 mil contagiados, nos han dejado afuera y nos han vuelto a llevar al transporte público y a las grandes filas. 

El Gobierno ha encarado la crisis sanitaria, primero, de una forma muy improvisada, porque han ordenado que la gente esté en sus casas sin posibilidad de salir, cuando no tenían garantizado el sustento del día a día. En esos momentos se ha pedido que se entreguen bonos, comida, que se paguen las jubilaciones a los viejitos en sus casas para evitar contagios. Pero, cuando lo importante era el distanciamiento personal, se han generado en Bolivia unas filas que no se veían nunca, porque se levantó la medida; o sea, hay una responsabilidad real del Gobierno en ese gran incremento de los contagios. Segundo, se ha enfrentado esto de forma discriminatoria, pues al momento de la crisis regional, han vuelto muchos migrantes que estaban en Bolivia, Argentina, Brasil, Chile, y si llegaban en avión iban a pasar la cuarentena en un hotel de cinco estrellas, que de paso es de Samuel Doria Medina –entonces no había ningún problema–; pero si llegaban por tierra y no tenían cómo pagar un hotel de cinco estrellas, se quedaban en la frontera pasando la cuarentena niños y mujeres embarazadas, en ese caso no daban pena absolutamente a nadie.

Este gobierno finalmente ha enfrentado la pandemia con mucha corrupción, porque cuando han dicho que la única forma salvar a un paciente crítico es con respirador mecánico, ha resultado en un negociado único donde está involucrada la hija de Jeanine Áñez, el yerno de Áñez, Mohammed Mostajo, y el hijo de la candidata a primera senadora por Juntos en Santa Cruz, que casualmente es el Cónsul en Barcelona; esos tres han armado toda una mafia para hacer un gran robo a través de la compra de estos respiradores, que de paso no servían. Entonces hay temas mucho más profundos que la cuarentena misma, como es la forma en que se ha encarado la crisis. 

Al respecto, se acusa a los movimientos sociales de no dejar pasar el oxígeno y que se bloquea en situación de emergencia, ¿hay temor por parte del movimiento social de contraer el Covid-19?

Sobre el temor del movimiento social de contraer Covid-19, es precisamente no la causal de desmovilización, sino la razón por la que la gente se ha movilizado. La gente percibe que las malas decisiones del Gobierno han generado desempleo y gran parte de la población que vive el día a día ha visto mermada su economía, ha sido reprimida y no se le ha permitido una flexibilidad para ir a trabajar y producir ingresos; mucha gente no sabe si su hijo va a tener que comer en dos días, en siete días y eso genera una incertidumbre muy grande.

Por otra parte, el negocio de la salud se ha vuelto algo discriminatorio, si se tiene covid, solamente te salvas si tienes 30 mil o 40 mil dólares, mientras que el grueso de la población que no tiene esa cantidad está condenada a la suerte de ser asintomático y para colmo permanentemente está el hostigamiento al sector popular. Si eres moreno: eres narcotraficante, terrorista, sedicioso y con toda esa estigmatización la gente se siente altamente violentada y ahora que salen a reclamar, recién los otros piden diálogo. Cuando el movimiento social ha pedido diálogo para resolver sus problemas de salud, este diálogo no ha existido y el Gobierno trata de salir con una presión social que no solamente vuelve más radicalizada a la población, les dicen: «justo que están bloqueando y que están reclamando, es que el oxígeno no llega y se van a morir por culpa de ustedes, asesinos».

La gente se siente altamente violentada, porque hay un instructivo del Pacto de Unidad y de la Central Obrera Boliviana (COB) de que todo lo que sean ambulancias, insumos médicos y oxígeno, pueden circular libremente. El Defensor del Pueblo ha ido a verificar a la fábrica de oxígeno que si este no sale es por una instrucción del Gobierno, lo ha dicho en la puerta del recinto y, además, la empresa responsable ha sacado una aclaración sobre el tema del oxígeno que en cuanto llegue un camión este va a salir. Y el diputado Franklin Flores, de la Comisión de Salud, ha garantizado que él en persona va a acompañar cualquier convoy para garantizar la libre circulación; entonces ahí no hay ningún problema en este tema, solamente es una guerra psicológica de alto impacto que busca generar odio en la población para que se sigan fortaleciendo estos grupos que mencionábamos, que son grupos fascistas paramilitares.

El impacto socioeconómico del Covid-19 y la cuarentena obligatoria por pandemia es muy fuerte para América Latina y el Caribe, sin embargo, dentro de la población la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advirtió que las mujeres, indígenas, afrodescendientes, informales y migrantes son los grupos más vulnerables y golpeados. ¿Cómo enfrentará el MAS en caso de ser gobierno las secuelas de esta pandemia?

El impacto del Covid va a ser catastrófico, sin embargo, hay un consenso universal que el virus se va a poder combatir con Estados sólidos, por eso necesitamos a la brevedad posible un gobierno legítimo que pueda tomar las acciones decididas para enfrentar este asunto. En ese sentido, yo no entiendo cómo se puede resolver esto propugnando el libre mercado.

No es solamente un problema de mujeres indígenas, es un problema de pobreza. Mientras más crisis hay, esto siempre va a afectar a los sectores más pobres, eso no es un misterio, las crisis afectan siempre a los que tienen necesidad de vender su trabajo ese día y les permite mejor capacidad de negociación y acumulación a los que pueden esperar o tienen más posibilidad de contratar o tienen más oferta laboral. Por supuesto que ahí lo indígena, lo campesino está más afectado y dentro de ese esquema entre hombre y mujer, también las mujeres son mucho más afectadas.

«El MAS tiene que ir con su política de transferencias directas a la sociedad civil para reactivar la economía, para garantizar el consumo interno, el abastecimiento de las familias más pobres y eso, sabe la población, lo hemos hecho permanentemente»

¿Cómo va a encarar el MAS? De la forma que hay que encarar. Es necesario colocar dinero en el bolsillo de los más afectados. El MAS tiene que ir con su política de transferencias directas a la sociedad civil para reactivar la economía, para garantizar el consumo interno, el abastecimiento de las familias más pobres y eso, sabe la población, lo hemos hecho permanentemente. Sabemos que, entre compras estatales, que pueden estar sujetas a corrupción, y transferencias directas para que esa persona decida si quiere pagar la pensión de su hijo, si quiere pagar la comida o comprar salud, si tiene la necesidad de atender a algún contagiado, es mejor la plata en el bolsillo de la gente.

La llamada al diálogo por parte de la presidenta de facto no prosperó, Luis Arce pidió tres condiciones, ¿estaban de acuerdo las bases con el diálogo y con las condiciones expuestas para asistir?

La llamada al diálogo de la presidenta de facto no trascendió porque no tenía ninguna propuesta, ella hizo una actividad de campaña, dijo: «Llamo al diálogo bajo estos parámetros, súmense a este parámetro, a esta solución». Ella solamente llamó para que le hagan caso en lo que diga y querer legitimarse como Presidenta, entonces, nosotros no nos vamos a prestar a una burla así ni ninguna candidatura de derecha, por eso no fue Carlos Mesa, Tuto Quiroga, Camacho, no fue nadie, porque se entendía que era una acción desesperada por los malos números que tiene en la elección. Sin embargo, es el Tribunal Supremo Electoral quien tiene que salir a dar una respuesta, ofrecer algún planteamiento, decir que «la solución es que todo el mundo haga caso a mi resolución administrativa», no tiene sentido. Primero, El TSE mínimamente debe sentarse a dialogar la fecha con los movimientos movilizados. Segundo, debe reconocer que fue una estupidez pensar que una resolución administrativa puede modificar una ley y que la única forma de dar validez y certeza a los resultados es con una ley. Tercero, dar garantías de que esta vez no va a haber cambios y esta la puede dar la comunidad internacional.  

Se habla de la división del MAS y de que los movimientos sociales ya no están respondiendo a la dirección del Instrumento Político, ¿qué tan de cierto hay en estas afirmaciones?

Es muy complicado hablar de división del MAS y de los movimientos sociales, porque estos son la sociedad boliviana expresada en defensa de sus intereses, en sus pensamientos, sus proyecciones, su visión de país y el MAS es básicamente un carácter instrumental.

El MAS es un partido que está abierto a los movimientos sociales, para que las decisiones orgánicas de ellos se puedan expresar en instrumentos de poder, en municipios, en gobernaciones, en el Parlamento, y todo ese movimiento social que siempre fue discriminado hoy se encuentra ampliamente representado. Entonces, no hay una división porque básicamente el MAS tiene un carácter instrumental, de hecho el nombre completo del MAS no es MAS y punto, sino MAS-IPSP; somos un instrumento político, solamente un instrumento, una herramienta para la soberanía de los pueblos. Por eso, entender al MAS como si fuera una cosa distinta a los movimientos sociales, es falso, porque el MAS es solamente el instrumento de esa organización popular.

Juan José Peralta Ibáñez
Fotógrafo documentalista, fotoperiodismo, naturaleza, video, música

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