Por Samantha González
El 29 de marzo de 1886, a la avanzada edad de 113 años, murió la Negra Matea, trabajadora doméstica de la familia Bolívar y aya del pequeño Simón. Hija y nieta de esclavas, apenas 10 años mayor que el niño, lo llevó en brazos a la pila bautismal y veló y alegró su crecimiento.
Cuando Bolívar regresó de Europa, casado con la joven madrileña María teresa del Toro, lo acompañó y consoló en su repentina viudez. Fue testigo de acontecimientos cruciales de la historia patria, por ejemplo, asistió a un ataque del sanguinario Boves en la Hacienda de San Mateo y narró el martirio de Ricaurte.
Con Maria Antonia Bolívar vivió en La Habana, en uno de los exilios a los que se vio forzada la familia. Cuando repatriaron los restos del Libertador, el presidente Guzmán Blanco la condujo del brazo hasta el Panteón Nacional. Sus restos reposan en la cripta de la familia Bolívar, en la Catedral de Caracas.
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Samantha González Artista